El Mundo Espiritual
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Deseando descubrirle en medio de esta luz cegadora, le rogamos que retire este resplandor deslumbrante. La forma eterna del Señor Supremo, llena de conocimiento y dicha, se encuentra dentro del resplandor ardiente que emana de Su cuerpo personal. La forma personal del Señor es, por tanto, la fuente de este deslumbrante resplandor.

En verdad, la manifestación cósmica no es más que una emanación de Dios, la Verdad Suprema y Absoluta, y descansa en Él, quien por lo tanto se destaca en todo como el agente ablativo, causal y locativo, y por lo tanto como la Persona Suprema, ya que estas son en verdad las características de una persona.

Como agente ablativo de la manifestación cósmica, Él posee la facultad de pensar, sentir y querer, pues sin estos tres atributos psíquicos la manifestación cósmica no puede ser concebida y dispuesta tan maravillosamente. Por otro lado, como agente causal, Él es el arquitecto original del cosmos, y como agente locativo, todo lo que existe se basa en Su energía. En resumen, todos estos atributos son claramente los de una persona. Cuando Dios, la Persona Suprema, desea multiplicarse, impregna la naturaleza material lanzando Su mirada sobre ella. La manifestación cósmica no existía antes de que Él contemplara la naturaleza material. Su mirada, o visión, no puede ser contaminada por la materia. Y como Él vio antes de que existiera la creación material, Su cuerpo mismo no puede ser material. Sus facultades de pensar, sentir y actuar son de carácter trascendental. En otras palabras, la mente del Señor, la sede de Sus pensamientos, sentimientos y voluntad, es espiritual y absoluta, y también lo son Sus ojos, cuya mirada se posa en la naturaleza material. Dado que todo en Él existía antes de la creación material, el Señor obviamente tiene un cuerpo, sentidos y mente perfectamente espirituales y absolutos.

La manifestación cósmica no es más que un despliegue de la energía del Señor Supremo. De Krishna, Dios, la Persona Suprema todo emana. Él es el sustentador de todo y todo se disuelve en Él. Así, Dios, que también es la Verdad Absoluta, es la causa de la creación, del mantenimiento y de la disolución. La producción, la preservación y la disolución son efectuadas por la inconcebible energía del Señor Supremo. La manifestación cósmica es una transformación de la energía del Señor, aunque Él y Su energía son indistintos e inseparables. Aunque produce la gigantesca manifestación cósmica, el Señor Supremo sigue conservando su forma trascendental.

El Señor es el maestro de innumerables energías infinitas; por lo tanto, Él manifiesta los subproductos de estas energías de diversas maneras. Todo está bajo su dominio. El Señor Supremo es también el Maestro Supremo, que se manifiesta en innumerables energías y emanaciones.

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