La Ciencia Espiritual Pura
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Chispas espirituales y partes integrantes de Dios, las almas espirituales componen el brillo del Señor Supremo y constituyen su energía superior.

Las dimensiones del alma son una diezmilésima parte de la punta de un cabello. El alma espiritual, entidad individual distinta de Dios y de las otras almas es un átomo espiritual más pequeño que los átomos materiales. Existe un número infinito de estos átomos espirituales.

Esta minúscula chispa es el principio vital del cuerpo material y su influencia se reparte por todas partes en esa envoltura. La consciencia se manifiesta ejerciendo así su influencia en todo el cuerpo. Ella es la prueba de la presencia del alma que es su fuente. Nadie ignora que sin consciencia el cuerpo material es un objeto sin vida y nada lo puede reanimar. La consciencia procede del alma y no de algunas combinaciones de elementos materiales. Ubicada en el corazón, dispensa su energía a todo el cuerpo. Los glóbulos sanguíneos que transportan el oxígeno almacenado en los pulmones extraen su energía del alma. Por eso la sangre deja de circular y de cumplir sus funciones en cuanto el alma abandona el cuerpo.

Chispas espirituales y partes integrantes de Dios, estas componen el brillo del Señor Supremo y constituyen su energía superior. Una vez purificada de la contaminación de estos cinco tipos de aire material, esta desvela su poder espiritual. El hatha-yoga sirve para controlar por medio de diversas posturas los cinco soplos que envuelven el alma pura. Su práctica no tiene como objetivo sacar ningún provecho material, sino liberar el alma ínfima de la materia que la aprisiona. Después de la liberación, el alma infinitesimal puede optar por vivir como una chispa superior e irse a uno de los planetas espirituales para vivir allí junto a la Persona Suprema.

La supuesta rivalidad que enfrentaría a Satán con el Padre Eterno es mentira, una invención de los impíos demoníacos para corromper a los seres humanos y mantenerlos en la ignorancia.

Si existen las fuerzas del mal, sepa que no son poderes independientes, sino energías de Dios que actúan bajo su autoridad. Siempre están perfectamente bajo su control y su total supremacía. El Padre Eterno, cuyo poder es absoluto, domina todo lo que existe porque todo emana de Él. Es Él solo el que crea, mantiene y destruye lo que existe. Es siempre Supremo y no tiene igual, rival ni, mucho menos, superior. Una de las energías de Dios o energía de la ilusión, cuyo rol consiste en ilusionar a los hombres para que se vuelvan al Señor, sería la representación del mal o Satán.

Satán como ser espiritual no es en ningún caso independiente ni puede intervenir como rival del Padre Eterno porque está sometido a la autoridad de Dios. La energía de ilusión, el mal o Satán, manifiesta su influencia únicamente cuando se libera de Dios y se niega a servirlo con amor y devoción.

Dios es la luz y allí donde brilla la luz las tinieblas desaparecen. A los que adoptan las consciencia de Dios, no se le puede acercar la energía de ilusión, el mal o Satán.

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