La Ciencia Espiritual Pura
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ese cuerpo se encuentra también, y sin que se le permita dudarlo, sometida a la destrucción final. Como consecuencia, nadie deberá apegarse a las cosas perecederas. Aunque habitemos el cuerpo material, hay que actuar con gran prudencia en este mundo. El modo de vida más perfecto aquí abajo es simplemente consagrarse a Mi servicio de amor, espiritual y absoluto, y someterse de buena fe a los deberes que le prescriben a cada uno las Escrituras según su posición. En lo que les concierne, todos ustedes pertenecen a familias ksatriyas, por tanto, deben vivir honestamente según las obligaciones que incumben al orden real y hacer felices a sus ciudadanos en todos los sentidos. Sigan las normas de existencia de los ksatriyas. No engendren hijos por el simple placer de los sentidos; velen solo por el bienestar de los hombres en general. Todos nacen en este mundo por deseos impuros alimentados a lo largo de su existencia anterior y desde entonces se encuentran sometidos a las severas leyes de la naturaleza, como el nacimiento y la muerte, la tristeza y la felicidad, el triunfo y el fracaso. Nadie debe dejarse atrapar por la dualidad, sino mantenerse firme en Mi servicio y, de esa forma, conservar un equilibrio mental y satisfactorio en todas las circunstancias, considerándolo todo como un don de Mi Persona. Así, cada uno podrá vivir una existencia de las más felices y apacibles, incluso en este mundo. Para ser sincero, se trata de mostrarse despreocupado del cuerpo material y de lo que este puede producir sin dejar que nunca le afecte. Debemos satisfacernos plenamente en la búsqueda de los intereses del alma espiritual y ponernos al servicio del Alma Suprema. Solo debe llenar su mente de Mí y convertirse en Mi devoto, adorarme, ofrecerme solo a Mí el homenaje de su respeto. A través de esa senda, podrá atravesar el océano de la ignorancia con gran regocijo y, finalmente, venir a Mí. Para concluir, sus sendas tienen que estar totalmente comprometidas en Mi servicio».

Palabras del Señor Krsna relativas al brillo que emana de su cuerpo.

Palabras de Krsna a Arjuna: «Mi querido Arjuna, este brillo resplandeciente, esta luz absoluta que tú contemplas, sabe que no es otro que el brillo que emana de Mi Cuerpo. Oh, tú, el más grande entre los descendientes de Bharata, ese brahmajyoti no es otro que Yo mismo».

Igual que el sol y los rayos no sabrían estar separados, lo mismo ocurre con Krishna y el brillo que emana de Su Cuerpo, el brahmajyoti. Así, Krishna declara que el brahmajyoti no era otro que Él mismo. Krishna añade: «El brahmajyoti está formado por un conjunto de partículas ínfimas llamadas chispas espirituales o, con otras palabras, llamadas por los seres vivos citkana».

La expresión «Yo soy el brahmajyoti», se puede aplicar igualmente a los seres vivos que también pueden pretender formar parte del brahmajyoti. Krishna explica además: «Ese brahmajyoti es una emanación de Mi energía espiritual».

Krishna le dice también a Arjuna: «El brahmajyoti se extiende más allá del reino de Mi energía externa llamada maya-sakti». El que vive en ese mundo material no puede conocer ese brillo del Brahmán. Esto es porque no se manifiesta en el universo material, sino solo en el mundo espiritual.

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