Cuando uno logra fijar su mente inquebrantablemente en Krishna, logra establecerse constantemente en la conciencia de Krishna. Esta es la relación neutra, tranquila, pacífica y gentil, donde se establece una fe inquebrantable en Krishna y todos los deseos materiales, es decir, no relacionados con Krishna, llegan a su fin. Esta doble característica de la relación neutra se encuentra también en los demás sentimientos, del mismo modo que el sonido está generalmente presente en todos los demás elementos, aire, fuego, agua y tierra, ya que emana del éter. Todas las relaciones espirituales, ya sea en el servicio, en la hermandad, en el afecto paternal o en el amor conyugal, poseen, pues, esta doble característica de la relación neutra, la fe inquebrantable en Krishna y la ausencia de deseo por otra cosa que no sea Krishna. Cuando decimos «lo que no es Krishna», no debemos concluir que puede haber algo fuera de Él. Por el contrario, ya que todo es un producto de la energía de Krishna. Como Krishna y Sus energías son idénticas, todo es indirectamente Krishna. Por ejemplo, la conciencia es la característica de todos los seres vivos.
Pero cuando la conciencia está totalmente centrada en Krishna, lo que se llama conciencia de Krishna, se llama pura. Cuando se concentra en los placeres de los sentidos y no en Krishna, puede llamarse «inconsciente de Krishna». De esta condición impura surge el concepto de «ausencia de Krishna». Sin embargo, en su estado puro, sólo existe la conciencia de Krishna. Un interés manifiesto en Krishna, que Krishna me pertenece, o viceversa, y que mi razón de ser es servir a Sus sentidos, está en un nivel más alto que el amor neutral. En efecto, basta con captar la grandeza de Krishna para entrar en la relación neutral, donde el objeto de adoración es el Ser Supremo Impersonal o el Alma Suprema. Esta forma de adoración es la que favorecen los seguidores de la especulación empírica y del yoga de los poderes. Cualquiera que desarrolle su conciencia de Krishna, su comprensión espiritual, se dará cuenta de que el Alma Suprema es el objeto eterno de adoración y se entregará a Él.
Después de muchos renacimientos dedicados a la adoración del Ser Supremo y del Alma Suprema, la persona que se rinde a Vasudeva, el Alma Suprema, viendo en él al Maestro Supremo cuyo eterno servidor es, se convierte en un alma grande, un alma realizada. La relación inquebrantable con la Verdad Suprema y Absoluta la impulsa a iniciar su servicio amoroso a la Persona de Dios. Así, la relación neutral se transforma en una actitud de servicio.
Es en el nivel de la relación entre el siervo y el Maestro Supremo donde se manifiesta el más alto grado de respeto y veneración por el Señor Supremo, y también se aprecia la grandeza de Dios. Cabe señalar aquí que la relación neutra está desprovista de cualquier actividad relacionada con el servicio, que sin embargo se observa en la relación entre el siervo y el Maestro Supremo, de modo que esta última combina dos componentes: el sentimiento propio de la relación neutra y el espíritu de hermandad espiritual. No se duda de la existencia de las características espirituales de la relación neutra y de la relación entre el siervo y el Maestro, pero se añade una tercera más tarde: el apego íntimo que genera el amor puramente espiritual. Esta intimidad con la Persona Suprema se llama hermandad, y excluye todo sentimiento de respeto y veneración hacia Dios, el Ser Supremo. Así, la relación de hermandad espiritual reúne tres componentes trascendentales: la noción de grandeza, la noción de parentesco y la noción de intimidad libre de cualquier rastro de respeto o veneración, de modo que esta relación fraternal se enriquece con una característica espiritual adicional.