La Ciencia Espiritual Pura
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la oportunidad de adoptar el servicio de devoción. Con un poco de esfuerzo y sinceridad, el ser condicionado por la materia alcanza la perfección devocional y vuelve junto a Dios.

En verdad, la muerte reviste dos aspectos. Los dos aspectos solo se encuentran en el universo material porque en el mundo espiritual eterno la muerte no existe ya que el alma es inmortal.

Cualquier entidad espiritual que se encarna en un cuerpo de materia, cae instantáneamente en el olvido. Olvido de Dios, de su verdadera identidad espiritual y de su pasado. Esta forma de olvido en la que estamos inmersos es el resultado de nuestra desobediencia a Dios y nuestro deseo de disfrutar del placer de nuestros sentidos de manera interesada. Es la muerte espiritual, el olvido de todo. En la inconsciencia se olvida su identidad. La muerte espiritual no puede reanimar sola su consciencia, necesita la ayuda de Dios y maestro espiritual. Por supuesto, mientras no se libere de la existencia material, permanecemos espiritualmente muertos, aunque sigamos existiendo en el plano material. Solo el ser consciente de Dios vive realmente. De todas formas, el alma no muere con el cuerpo.

El segundo aspecto concierne al cuerpo material que muere realmente y se convierte en polvo. No hay resurrección del cuerpo, es una mentira de los impíos demoníacos.

Los datos relacionados con la verdad absoluta, al conocimiento del Padre Eterno y los misterios terrenales y celestiales son inaccesibles para quienes se olvidan del vínculo que los une a Dios y para quienes se vuelven solo hacia el materialismo, los placeres de los sentidos y los actos interesados.

Por el contrario, quienes buscan a Dios, quienes quieren conocerlo sinceramente, reanudar una relación de amor con él y servirlo con amor y devoción son los únicos que pueden acceder a la verdad absoluta y acercarse a Dios.

Después de numerosos nacimientos (reencarnaciones), cuando sabe que el Padre Eterno es todo lo que EXISTE, la causa de todas las causas, el hombre que sabe la verdad se abandona al Señor Supremo. A partir de entonces, Dios lo guía, le transmite el saber y se le revela para que se dirija a él. Solo por la gracia del Padre Eterno es posible acercarse a él y entrar en su reino eterno, y solo por la misericordia del maestro espiritual auténtico, servidor íntimo de Dios.

Se llaman almas liberadas o almas realizadas las que saben que son entidades espirituales y que reconocen al Padre Eterno como la única persona Soberana Suprema digna de adoración. A partir de entonces, se abandonan al Padre Eterno, lo adoran y lo sirven con amor y devoción, y hacen su divina voluntad con una inmensa alegría.

Por la gracia del Señor Supremo, a la hora prescrita volverán junto a su Padre celestial, en su reino eterno donde vivirán felices eternamente. Nunca más volverán al universo material donde reina el sufrimiento.

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