La Ciencia Espiritual Pura
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Todo comenzó del Padre Eterno y en él todo permanece desde tiempos inmemoriales.

A no ser que evolucione espiritualmente, una civilización se queda estática. El alma mueve el cuerpo y el conjunto cuerpo y alma mueve el mundo. Nos preocupamos por el cuerpo pero no sabemos nada del alma que lo hace vivir y moverse. En efecto, si no está tocado por el espíritu el cuerpo permanece inerte, sin vida. El cuerpo humano es un excelente vehículo que nos permite acceder a la vida eterna.

El verdadero objetivo de la existencia consiste en conocer a Dios tal y como es y volver a él, en su reino eterno. Tenemos que recuperar nuestra identidad espiritual perdida. Desafortunadamente, cinco pesadas cadenas, cual anclas, retienen el cuerpo en la consciencia material.

El apego al cuerpo material porque se ignoran las realidades espirituales.

El apego a los allegados por los vínculos corporales.

El apego a la tierra natal y a los bienes materiales, propiedades, riquezas, poder, etc.

El apego a la ciencia materialista que está anclada en la materia, la ignorancia y las tinieblas.

El apego a las costumbres religiosas y a los ritos que no permiten conocer a Dios y llevan a ignorar el camino que conduce al reino del Padre Eterno.

Porque es la mentira que os profetizan en mi nombre. Yo no los he enviado, dice el Padre Eterno (Jeremías 29.9)

Los que cambiaron la verdad de Dios con mentiras… (Romanos 1.25)

Esos falsos profetas y verdaderos seres demoníacos impiden que los hombres conozcan a Dios tal y como es, y que penetren en la verdad absoluta obligándolos a mantenerse en la ignorancia. Estos suprimieron algunas palabras del Padre Eterno y modificaron otras para mantener a los hombres en la confusión. Conminan a hacer el mal cuando Dios predica el bien y a verter la sangre mientras el Señor ordena: Amarás a tu prójimo como a ti mismo y no matarás. Ellos ocultan a los seres humanos que no son el cuerpo material sino la entidad espiritual que está dentro de la envoltura carnal. Ocultan al hombre el hecho de que la muerte solo afecta al cuerpo material y no a la entidad espiritual o alma espiritual que se reencarna inmediatamente. Ocultan a los seres vivos que la reencarnación es una realidad. Ocultan a los hombres que los pensamientos, las palabras y las acciones provocan efectos buenos o malos que entrañan inevitablemente consecuencias positivas o negativas en la existencia de los seres y que estos últimos determinan lo que será su próxima existencia, dolorosa o no, pobre o no, y la forma del cuerpo que revestirán.

Por su culpa, los hombres han sido inducidos al error y, así, se han mantenido en la oscuridad. Ha llegado el momento de iluminarlos.

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