el universo material como en el espiritual gracias a Sus diferentes energías. Todo lo que existe lo sostiene Él, tanto en el orden material como en el espiritual.

Solo el servicio de devoción puede dar acceso a los planetas espirituales, los planetas Vaikunthas donde vive el Señor en persona. En todos estos planetas, hay un solo Señor, Krishna, que para reinar en todos ellos Se multiplica en millardos de manifestaciones completas, todas con cuatro brazos y diferentes Nombres: Purusottama, Trivikrama, Kesava, Madhava, Aniruddha, Hrsikesa, Sankarsana, Pradyumna, sridhara, Vasudeva, Damodara, Janardana, Narayana, Vamana, Padmanabha, etc. Se compara estas emanaciones con las hojas de un árbol que sería el propio Krishna. Así, gracias a su capacidad de omnipresencia mientras reside en Goloka Vrndavana, Su morada suprema, el Señor dirige sin descanso los dos mundos, el material y el espiritual.

Todas las almas liberadas que han alcanzado los planetas absolutos del mundo espiritual sirven al Señor con amor y devoción. Igual que en el universo material existe la diversidad, también existe en el mundo espiritual. Cada uno tiene una forma espiritual. Allí encontramos actividades espirituales que constituyen la existencia espiritual, calificada como de devoción. Todo es perfectamente puro.

Ese reino supremo, el Mío, no lo ilumina el sol, ni la luna ni la fuerza eléctrica. El que lo alcanza no vuelve a este mundo. (Palabra del Señor Krishna)

Este versículo describe el mundo espiritual donde se encuentra la morada de Krishna, Dios, la Persona Suprema, morada que se llama Krishnaloka o Goloka Vrndavana. Allí nadie necesita la luz del sol, la luna, el fuego o la energía eléctrica porque todos los planetas irradian su propia luz, mientras que en los planetas materiales solo el sol tiene ese poder. El resplandeciente brillo del conjunto de los planetas espirituales, los planetas Vaikunthas, constituyen «la atmósfera» radiante denominada brahmajyoti. Este brillo emana originalmente del planeta de Krishna, Goloka Vrndavana. Una parte está cubierta por el mahat-tattva, el universo material. Pero la parte más grande se mantiene ocupada por innumerables planetas espirituales, los Vaikunthalokas, donde el principal es Goloka Vrndavana.

El alma condicionada está cubierta por el cuerpo material que incluye los sentidos y la mente; después de la liberación, esta envoltura material perece, pero el cuerpo espiritual del ser se manifiesta entonces en su propio carácter. A propósito de esto, en el Madhyandi-nayanasruti encontramos un pasaje que nos enseña que cuando el alma abandona el cuerpo material para entrar en el mundo espiritual, despierta su cuerpo espiritual y en ese cuerpo espiritual puede ver a Dios, la Persona Suprema, cara a cara. Puede escucharle directamente, hablarle, conocerlo tal y como es. La smrti indica también que los cuerpos de todos los seres en los planetas espirituales tienen rasgos similares a los del Señor Supremo. En lo que respecta a la naturaleza de los cuerpos espirituales, no hay ninguna diferencia entre las emanaciones jiva-tattvas, los seres distintos y las emanaciones visnu-murtis personales del Señor. Por eso,