bajo la forma de Maha-Visnu, el primer purusa-avatara. Él Se extiende en el Océano Casual y cada vez que respira emanan de Su Cuerpo una infinidad de universos. El Señor entra entonces en cada uno de ellos bajo la forma de Garbhodakasayi Visnu. Así se crean todos los universos. Y allí, Él entra en cada ser y en cada cosa, incluido el átomo ínfimo, bajo la forma de Ksirodakagayi Visnu. Eso es lo que explica nuestro versículo.
Los seres vivos, por su parte, son proyectados en la naturaleza material y allí se desarrollan en diferentes condiciones, diferentes cuerpos, que son los frutos de sus actos pasados. Entonces comienza a activarse el universo, se inician las actividades de las múltiples variedades de seres y esto desde el inicio de la creación. No es una cuestión de evolución progresiva de las especies. Todas las especies vivas – hombres, animales, aves, etc. – se crean juntas, al mismo tiempo que el universo, porque tantos deseos albergaban los seres condicionados durante la destrucción anterior que se manifestaron enseguida bajo diferentes formas de cuerpos. Además, este versículo muestra de forma clara que los seres no intervienen en nada en estos mecanismos. Simplemente, su estado de consciencia al final de su vida anterior, en la última creación, se manifiesta de nuevo y todo se lleva a cabo únicamente por la voluntad del Señor. Tal es el poder inconcebible de Dios, la Persona Suprema. Al final, después de haberlas creado, el Señor no tiene ningún contacto con las múltiples especies vivas: Él crea para satisfacer las inclinaciones propias de los diversos seres, pero Él mismo nunca entra en la espiral de Su creación.
La naturaleza material actúa bajo Mi dirección, bajo Mi dirección engendra a todos los seres móviles e inmóviles. Incluso por una orden Mía, esta se crea y después desaparece en un ciclo sin fin.
El Señor Supremo Se manifiesta en los mundos material y espiritual, y acepta describir Sus diferentes perfecciones.
En primer lugar, Se da a conocer como el alma de toda la manifestación cósmica, bajo la forma de Su emanación completa. Antes de la creación del mundo, el Señor Supremo, por medio de Su emanación completa acepta la forma de los purusa-avataras (sus emanaciones completas), solo a partir de Él se inicia cualquier vida. Él es, pues, el atma, el alma del mahat-tattva, agregado de los elementos universales. La energía material no es la causa de la creación. Es Maha-Visnu, (Karanodakasayi Visnu) el primer purusa-avatara, que entra en el mahat-tattva, y el anime; Él es el alma de la energía material global. Después de que Maha-Visnu haya penetrado en todos los universos, Él Se manifiesta en cada ser bajo la forma del Paramatma, del Alma Suprema. Sabemos por experiencia que la existencia del cuerpo depende de la presencia de la chispa espiritual sin la que no se puede desarrollar. Además, la manifestación material no puede entrar en movimiento mientras no la penetre el Alma Suprema, Krishna.