La Ciencia Espiritual Pura
Página 35 de 317

Envuelta por estos dos cuerpos, el alma condicionada es para siempre presa de las tres formas de sufrimiento material y de los asaltos de seis enemigos (la cólera, la concupiscencia, etc.). Esos son los tormentos que corroen sin fin el alma condicionada. Afligido y condicionado así, el ser vivo erra sin cesar por el universo, unas veces elevado a sistemas planetarios superiores y otras obligado a pasar a sistemas inferiores, aunque acaba pensando que es normal vivir así. No se puede desprender de su mal mientras no encuentre y siga el ejemplo del médico por excelencia, el maestro espiritual auténtico. En cuanto el alma condicionada se adapta con fe a las instrucciones de semejante maestro, se ve curada de su fiebre material y accede al plan de la liberación donde se reconcilia con el servicio de devoción a Krishna para finalmente volver junto a Él, en su morada principal.

Liberarse del karma

La palabra karma define una ley de la naturaleza según la cual toda acción material, buena o mala, entraña obligatoriamente consecuencias para su autor o, recuperando las palabras de la Biblia: «Recogerá lo que haya sembrado» (Gálatas 6:7) Nuestras acciones materiales son comparables a los granos. Las acciones se ejecutan, los granos se plantan y poco a poco estas germinan y dan sus frutos en forma de consecuencias diversas. Encallados en la red de las acciones y sus consecuencias, nos vemos obligados a reencarnarnos en un cuerpo tras otro para sufrir nuestro karma. Pero es posible escapar de esa suerte mediante el canto sincero de los Santos Nombres de Krishna. Como los Nombres de Dios desbordan de energía espiritual, el ser que los escucha o los pronuncia se libera del ciclo perpetuo del karma.

Igual que una semilla pierde todas las oportunidades de germinar cuando se fríe, las consecuencias kármicas de nuestros actos quedan destruidas por el poder de los Santos Nombres del Señor. Krishna es como el sol que tiene un poder tan grande que purifica todo lo que tocan sus rayos. Del mismo modo, cuando nuestra consciencia se absorbe en la vibración trascendental del nombre de Krishna, Sus poderes internos nos lavan de todo karma. El Santo Nombre tiene un poder espiritual tan grande que el simple hecho de pronunciar permite liberarse de las consecuencias de cualquier acto culpable.

Liberarse de la reencarnación

Los Vedas enseñan que el ser vivo o el alma tiene una naturaleza eterna: debido a sus actividades pasadas y sus deseos materiales debe aceptar diversas envolturas carnales. En cuanto tengamos la más mínima aspiración material, la naturaleza, bajo la dirección de Dios, nos concederá un cuerpo físico tras otro. Esto es lo que se llama reencarnación o transmigración del alma. A decir verdad, este cambio de cuerpo no tiene nada de sorprendente porque usamos diferentes cuerpos durante esta misma vida; primero, el de un bebé, luego el de un niño, el de un adulto y, finalmente, el de un viejo. Además, cuando muere este último cuerpo, obtenemos uno nuevo.

Facebook

VISITANTES

4049068

Visitantes en línea

4049068





Visitantes por país