dos energías, tú perteneces, pues, a la energía marginal de Krishna, lo que significa que formas uno solo con Él aunque seas distinto a Él. Al ser de naturaleza espiritual, eres idéntico a Krishna, pero como solo eres un fragmento ínfimo, al mismo tiempo eres diferente a Él. En verdad, toda la Creación está formada por diferentes manifestaciones de Mi energía».
La energía del Señor Supremo es espiritual y absoluta, energía de la que los seres vivos forman parte integrante. Pero hay otra energía, llamada materia, que recubre las nubes de la ignorancia y que comporta así tres modos de influencia o gounas. Todas las energías inconcebibles residen en la Persona Suprema del Señor y toda la manifestación cósmica obra a través de ellas.
El Señor añade que «El ser vivo está también cualificado al conocer el campo de acción». El cuerpo es el campo de acción y el ser vivo el que conoce ese campo. Aunque el ser esté intrínsecamente familiarizado con la energía espiritual o tenga el poder de comprenderla, al estar recubierto por la energía material, se identifica con el cuerpo. Ese sentimiento de ser es porque no está constituido en lo que se llama «falso ego». Mistificado por este último, el ser extraviado en la existencia material se encarna en diferentes cuerpos y padece diversas formas de sufrimiento, mientras que diferentes clases de seres vivos poseen, en grados diferentes, el conocimiento de su verdadera naturaleza.
En otras palabras, todo ser vivo participa de la energía espiritual del Señor Supremo. Al pertenecer la energía material a una naturaleza inferior, el ser humano tiene el poder de escapar de su control para sacar plenamente partido a la energía espiritual. La energía superior está oculta por la inferior que somete al ser vivo a sufrimientos inherentes al universo material según el espesor del velo que lo recubre. Las almas poco iluminadas sufren menos que otras, pero en conjunto todas están obligadas a sufrir debido a que la energía material las envuelve.
La tierra, el agua, el fuego, el aire, el éter, la mente, la inteligencia y el falso ego forman todos juntos la energía inferior del Ser Supremo. Pero la verdadera identidad del ser se ciñe a la energía superior, de la que depende por completo el funcionamiento del universo material. La manifestación cósmica formada por elementos materiales no puede, en efecto activarse sin la presencia de la energía superior que encarna el ser vivo. En realidad, la existencia condicionada de este último se debe a que ha olvidado la relación que lo une al Señor Supremo en la energía superior. Solo cuando el ser humano redescubre su verdadera identidad de servidor eterno del Señor accede a la liberación.
Como nadie puede rastrear los orígenes del hundimiento del ser en la energía material, el Señor dice que no tiene comienzo. Es decir, la existencia condicionada es anterior a la Creación; esta se manifiesta simplemente durante y después de la Creación. Tras olvidar su naturaleza espiritual, el ser vivo padece todo tipo de sufrimientos dentro de la materia. Entendamos aquí que también hay seres que,