permitirá exactamente satisfacer sus deseos. El tigre, por ejemplo, durante su existencia anterior había deseado deleitarse con la sangre de otros animales, por la misericordia del Señor y gracias a la energía material, hoy posee un cuerpo que se corresponde con sus deseos sanguinarios. (Srimad-Bhagavatam, 2.9.2)
Morir significa olvidar la vida anterior.
Tras la muerte, todo el contexto de esta vida se hunde en el olvido. A este respecto, el sueño constituye una experiencia a escala reducida. Cuando dormimos perdemos toda noción del cuerpo que tenemos y de lo que nos une a él, aunque solo se trate de un sueño de unas horas. La muerte no es más que un sueño de unos meses, lapso de tiempo requerido para modelar una nueva encarnación corporal que nos otorgan las leyes de la naturaleza según nuestros deseos. Se trata de cambiar simplemente la naturaleza de nuestros deseos durante la presente existencia de nuestro cuerpo, pero para ello hay que recibir una formación durante nuestra vida humana. Esta formación puede comenzar en cualquier etapa de la vida – incluso unos instantes antes de morir –, pero el proceso habitual consiste en recibir la formación necesaria desde la más tierna infancia. (Srimad-Bhagavatam, 2.1.15)
Pero volvamos a tus preguntas. La primera es: «¿Qué soy yo? ¿El cuerpo es materia, es un alma espiritual o una combinación de ambas?» Esta es la respuesta: tú eres el servidor eterno de Krishna. El cuerpo es materia. El alma espiritual es diferente del cuerpo. No es exactamente una combinación sino más bien un encarcelamiento. Un poco como cuando se vierte aceite en el agua, este no se mezcla con el agua. De la misma forma, el alma no se mezcla con el cuerpo, pero debido a nuestra consciencia material nos vemos inclinados a creer que el movimiento del cuerpo refleja el movimiento del alma. Eso es lo que nos hace creer que cuando el cuerpo perece, el alma también deja de existir. La Bhagavad-gita nos enseña que el alma no perece con el cuerpo. Durante la muerte del cuerpo, el alma transmigra a otro cuerpo y esto entraña el apego a la existencia material. Por esta razón, el verdadero objetivo de la vida humana es reavivar la consciencia original del alma, la Consciencia de Krishna.
Tu segunda pregunta es: Si este cuerpo es un alma, ¿por qué se encuentra inmersa en el mundo material? Como he explicado antes, el cuerpo no es el alma. Esta se halla atrapada en las redes (trampas) del mundo material debido a su consciencia desnaturalizada. Si algunos de nosotros piensan: «Soy americano» o «Soy hindú» es por nuestra consciencia alterada. La verdadera naturaleza de la consciencia es la de ser la eterna servidora de Krishna. Es como un hombre loco que se cree un rey y que piensa que es libre de hacer todo lo que quiera y hablar a tontas y a locas. Pero un hombre sano de espíritu se reirá de su inconsciencia.
Nuestra encarcelación en la materia es comparable a los actos de este hombre loco. Pero al aplicar el tratamiento de la Consciencia de Krishna nos liberamos de todos esos condicionamientos. Si yo me siento americano, hindú u otra cosa y actúo de