La Ciencia Espiritual Pura
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libres de toda cadena material, pueblan el mundo espiritual. Estas almas liberadas se comprometen siempre con la consciencia de Krishna, con el servicio de devoción.

Las almas condicionadas por la naturaleza material se entregan a actividades que las llevan a reencarnarse en diversos tipos de cuerpo en el curso de sus sucesivas vidas. Por tanto, en el universo material, estas almas tienen derecho a diversos castigos y recompensas. Sus acciones meritorias pueden elevarlas hasta los planetas superiores, donde es posible alcanzar los rangos de los numerosos habitantes de estos planetas; por el contrario, sus actos reprensibles pueden precipitarlas a diferentes planetas infernales donde sufrirán más los tormentos de la vida material. El Señor cita aquí un ejemplo muy bonito: antes, los reyes castigaban a los criminales sumergiéndolos en un río, sacándolos a la superficie para que respiraran y luego volviéndolos a sumergir en el agua. La naturaleza material recompensa o castiga a los seres de manera similar, sumergiéndolos en las aguas del sufrimiento o sacándolos de ahí durante algún tiempo. La elevación a los planetas superiores o a un nivel de vida más elevado nunca es permanente; a esto sigue una nueva inmersión. Así se perpetúa la existencia material: a veces ascendemos a los sistemas planetarios superiores, otras nos precipitamos a condiciones de vida infernales. La energía material llamada también maya, señala «el olvido de nuestra relación con Krishna». De hecho, maya significa «lo que no es», lo que no tiene existencia. Es falso creer, pues, que el ser vivo no tiene ningún vínculo con el Señor Supremo. Puede que no crea en la existencia de Dios o piense que nada los une, pero solo se trata de «ilusiones» o maya. Presa de esta falsa concepción de la vida, el humano se muere de miedo y angustia sin fin. Dicho de otro modo, cualquier concepción de vida sin Dios compete a maya. Cualquiera que esté versado en la literatura védica se abandona, pues, al Señor Soberano con una gran devoción y reconoce en Él el objetivo último de su existencia. En cuanto el ser olvida la naturaleza fundamental de su relación con dios, sucumbe a la energía material, de ahí su falso ego, su identificación con el cuerpo que confunde con el suyo. Su concepción entera del universo material nace de esta falsa concepción del cuerpo. Al apegarse a este último, también se apega a todo lo que este puede producir. Para escapar de esa esclavitud, solo tiene que cumplir con su deber volviéndose hacia el Señor Supremo con inteligencia, devoción y una sincera consciencia de Krishna.

El alma condicionada se cree equivocadamente feliz en el universo material, pero cuando está bendecida por las enseñanzas de un devoto puro, renuncia a su deseo de gozo material y se ve iluminada por la consciencia de Krishna. En cuanto accede a esta consciencia, sus deseos materiales quedan aniquilados y se desprende poco a poco de la servidumbre de la materia. No puede haber tinieblas en presencia de la luz, pero la consciencia de Krishna es esa luz que disipa las tinieblas del goce material.

Los seres eternos condicionados se apartan para siempre de este servicio de amor y padecen, como consecuencia, las tres formas de sufrimiento inherentes a la existencia material. Por su perpetua actitud de distanciamiento ante Krishna, la energía material le otorga dos tipos de cuerpos: uno no sutil, formado por cinco elementos, y otro sutil (etéreo) formado por la mente, la inteligencia y el ego.

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