también que los abortos suscitan un karma especial, los que participen en el asesinato de un niño en el útero de su madre podrán ser ubicados a su vez en el vientre de una madre que decida abortar; entonces ellos mismos serán masacrados de una manera horrible. Sin embargo, el que quiera poner fin a este tipo de pecado se podrá liberar de las reacciones infligidas por el karma cantando los Santos Nombres de Dios con devoción y sin cometer ofensas.
8. Hay que frecuentar de manera regular a personas que se esfuerzan por librarse de la influencia del karma, así como del ciclo de muertes y nacimientos. Como viven en armonía con los principios espirituales que rigen el universo, los bhaktas, los devotos de Sri Krishna, transcienden las influencias de la naturaleza material y empiezan a manifestar auténticas cualidades espirituales. Así, igual que se puede contraer una enfermedad al frecuentar a una persona enferma, es posible despertar de nuevo, de manera progresiva, nuestras cualidades espirituales con el contacto de los bhaktas.
Al seguir estas simples reglas, cualquier hombre podrá librarse de los efectos del karma; por el contrario, el que no las observe deberá, a ciencia cierta, implicarse en los retos de la acción material y sus consecuencias. Las leyes de la naturaleza son intransigentes y, por desgracia, muy pocos las conocen. Pero ignorar la ley no es excusa para nadie. El que es detenido por exceso de velocidad no puede pretender ser inocente porque no conocía los límites de velocidad. La naturaleza no perdonará al que ignore los principios de la higiene: su ignorancia le hará contraer una enfermedad. Un niño que no conoce la naturaleza del fuego se quemará sin remedio si toca una llama con la mano. Así, para escapar a la repetición sin fin de muertes y nacimientos, tenemos que comprender las leyes del karma y el fenómeno de la reencarnación. De lo contrario, deberemos regresar sin cesar a ese mundo material y quizás no lo hagamos siempre en forma humana.
El alma en su estado condicionado es comparable al piloto de una nave espacial dotada de vida que viaja constantemente a través del tiempo y el espacio. Debido a la ley cósmica del karma, el alma llega a habitar diferentes cuerpos en diferentes planetas de los universos materiales. Pero sea el que fuere el lugar al que se dirige el alma, allí encontrará las mismas condiciones de existencia. Como enseña Krishna en la Bhagavad-gita (8.19): «Todos los planetas del universo, del más evolucionado al más bajo son lugares de sufrimiento donde se suceden el nacimiento y la muerte, pero para el alma que llega a Mi reino, oh, hijo de Kunti, ya no hay más nacimientos». La Gita y otros Escritos védicos son comparables a manuales de instrucciones que nos guían hasta la auténtica meta del viaje de la vida. Al entender la ciencia de la reencarnación, podemos liberar el alma de las fuerzas del karma y dirigir su vuelo hacia las esferas inmateriales del saber, la felicidad y la eternidad.
El alma condicionada (encarnada) está sometida a la concepción corporal de la existencia, mientras que el alma liberada sabe que no es el cuerpo sino un ser espiritual distinto de ese cuerpo. Hasta los seres liberados aceptan las consecuencias de sus actos pasados. Mientras dormimos, numerosas imágenes irreales desfilan por