En todos tus actos, solo dependes de Mí, ponte siempre bajo Mi protección. Ese servicio de devoción cúmplelo en plena consciencia de Mi Persona.

Si llegas a ser consciente de Mí salvarás todos los obstáculos de la existencia condicionada a través de Mi gracia. Pero si no actúas movido por una consciencia así, sino por el falso ego, cerrándome tus oídos, estarás perdido.

Yo soy el Padre, la Madre, el Sostén y el Abuelo de este universo. Yo soy el Objeto del saber, el Purificador y la sílaba Om. También soy el Kr, el Sama y el Yajus.

Yo soy el Propósito, el Maestro, el Testigo, la Morada, el Refugio y el Amigo más querido. Yo soy la creación y la aniquilación, la Base de todas las cosas, el Lugar de descanso y la Semilla eterna.

Yo controlo el calor, la lluvia y la sequedad. Yo soy la Inmortalidad, así como la Muerte personificada. El ser y el no ser, los dos están en Mí.

Aquellos que consagran su culto a los seres celestiales renacerán entre ellos, entre los espectros y otros espíritus que viven en su culto, entre los ancestros los adoradores de los ancestros; además, Mis devotos vivirán junto a Mí.

Si se hace con amor y devoción aceptaré lo que se me ofrezca: una hoja, una flor, una fruta, agua, esta ofrenda. Hagas lo que hagas, comas lo que comas, lo que sacrifiques o prodigues, la austeridad que practiques, lo que sea para ofrecérmelo. Así, te liberarás de las consecuencias de todos tus actos, ya sean virtuosos o culpables. A través de ese principio de renuncia quedarás liberado y vendrás a Mí.

Yo no envidio, no prefiero a nadie, soy Imparcial con todos. Pero cualquiera que Me sirva con devoción vive en Mí. Es un amigo para Mí, igual que Yo soy su amigo.

Ni las multitudes de los seres celestiales, ni los grandes sabios conocen Mi origen porque en todo soy la Fuente tanto de unos como de los otros. Quien sabe que no soy nacido, no tengo comienzo, el Soberano de todos los mundos, ese, sin ilusión entre los hombres, queda libre de todo pecado.

La inteligencia, el saber, la liberación de la duda y la ilusión, la indulgencia, la veracidad, el control de uno mismo y el sosiego, las alegrías y las penas, el nacimiento y la muerte, el miedo y la intrepidez, la no violencia, la ecuanimidad, la satisfacción, la austeridad, la caridad, la gloria y el oprobio, todo procede solo de Mí.

Yo soy la Fuente de todos los mundos, espirituales y materiales, todo emana de Mí. Los sabios que conocen perfectamente esta verdad Me sirven y Me adoran con todo su corazón.

A quienes Me sirven y Me adoran con amor y devoción les doy la inteligencia gracias a la cual podrán venir a Mí.