Los seres puros y eternamente jóvenes que viven en el mundo espiritual cantan constantemente maravillosas canciones espirituales a la gloria del Señor Krishna.

Krishna, Dios, la Persona Suprema es el objetivo real, único y último de la existencia. Ir a encontrarlo en Su reino absoluto, todo conocimiento, dicha y eternidad, el lugar donde está nuestra morada original, debería ser nuestro único pensamiento, nuestra única preocupación y nuestro único objetivo.

Tras abandonar sus dos cuerpos de materia densa y etérea, el ser santo, el devoto de Krishna, recupera su verdadero cuerpo espiritual y regresa a Dios, a su morada original en el reino del Señor, donde es recibido con gran respeto y reverencia por todos los que ya viven allí.

Estos son los diversos aspectos de la dicha espiritual experimentada en la variedad espiritual del reino eterno y absoluto del Señor Krishna.

En el reino de Dios no hay pasado, presente ni futuro, y esto es una verdadera maravilla. Este es el objetivo último de la existencia.

Para más información, consulte el libro El mundo espiritual.

El deseo de servir al Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema y Soberana es totalmente espiritual, y no tiene connotaciones materiales.

El alma espiritual tiene deseos y actividades espirituales. La devoción indivisa al servicio del Señor es el único deseo espiritual que le gusta manifestar. Sin embargo, para alcanzar este deseo, uno debe estar libre de todos los deseos materiales.

El servicio del amor y la devoción consiste en utilizar todos los sentidos y ponerlos al servicio del Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema, el Maestro de todos los sentidos. Cuando el alma espiritual sirve a Dios, el Ser Supremo, se producen dos efectos secundarios: se libera de todas las designaciones materiales y sus sentidos se purifican por el mero hecho de emplearse al servicio de la Persona Soberana.

Un siervo puro del Señor, aunque disfrute de los mismos beneficios que Dios, debe ofrecer siempre su respetuoso homenaje a la Persona Suprema, sirviéndole con amor y devoción, anudando el lazo con el Señor, vinculando sus deseos e intereses con los de la Persona Suprema, complaciéndose en obedecerle y cumpliendo con prontitud Su divina voluntad, para la completa satisfacción de Krishna, la Persona Soberana.

Podemos amar al Señor Supremo, Krishna, de cuatro maneras diferentes, y así intercambiar sentimientos especiales con Él, a saber: considerándolo nuestro Maestro Espiritual Supremo y a nosotros Su sirviente íntimo, considerándolo nuestro mejor Amigo, considerándolo nuestro hijo amado, o considerándolo nuestro Amante.