Nuestro verdadero hogar y la verdadera tierra prometida es el mundo espiritual, también llamado reino de Dios.
No nos aferremos a nada de este mundo de materia burda, porque todos somos seres espirituales eternos, no somos de este mundo material. En realidad, todos estamos de paso en este mundo.
Nuestra verdadera morada original, nuestro verdadero hogar es el mundo espiritual donde todos solíamos vivir, donde todos tenemos que volver, y donde todos podemos jugar y disfrutar con Krishna, Dios, la Persona Suprema por la eternidad.
Volvamos todos al reino de Dios, porque ése es el deseo del Señor y debe ser también el nuestro.
El reino de Dios es la verdadera tierra prometida, la única, no hay otra.
En verdad, la tierra prometida a la que Dios se ha referido es Su reino absoluto y eterno, y ningún otro lugar. El mundo espiritual o reino de los cielos en el que flotan innumerables planetas espirituales también llamados planetas Krishna, porque en cada uno de ellos reina el Señor en Su forma Narayana. Esta es nuestra morada original, la verdadera tierra prometida.
Dios nos pide desde tiempos inmemoriales que busquemos su presencia benéfica, salvadora y dichosa, que escuchemos su palabra divina, que respetemos y apliquemos sus directrices, para que podamos volver a la verdadera tierra prometida donde está nuestra verdadera morada original, en su reino de todo conocimiento, dicha y eternidad.
La verdadera vida está en el reino absoluto de Dios, y la verdadera felicidad se encuentra con Krishna, Dios, la Persona Suprema, en Su Divina compañía y a Su solo toque.
En este maravilloso reino de Dios, cada palabra es una canción, cada paso una danza, y la flauta de Krishna encanta a todos los seres y acompaña sus gestos en todo momento. Todo es sublime. El reino de Dios es una verdadera maravilla.
El Señor, Su morada absoluta, los seres vivos, todos son por tanto eternos, y el retorno del ser espiritual al Señor, a esa morada, es la perfección de la vida humana.