Cómo percibir la presencia del Señor Supremo en uno mismo.

Toda la manifestación cósmica existe y se desarrolla debido al Señor Supremo, que entra en ella como el Alma Suprema. Así, a través de Su aspecto omnipresente de Alma Suprema, Él entra en cada ser viviente, desde el más grande hasta el más pequeño. El Señor puede ser percibido por quien muestra sumisión, la única cualidad requerida, y se convierte así en un alma rendida a Su Divina Persona. El grado de

realización espiritual es proporcional al desarrollo de la sumisión, mediante la cual el ser consigue finalmente encontrarse con el Señor en persona, igual que se encuentra cara a cara con alguien. Debido a que se ha desarrollado en él un apego trascendental al Señor Supremo, el alma sumisa percibe la presencia de su Amado en todas partes y utiliza todos sus sentidos para servirle con amor y devoción.

Así es como el Señor se manifiesta a Su devoto puro desde dentro [así es como cuando tarareo la canción del Señor, «Haré Krishna», el Alma Suprema dentro de mí a veces canta conmigo para complacerme]. Este es uno de los misterios de la relación devocional, que une al Señor y a Su devoto, y los vincula por amor espontáneo.

Alcanzar este amor debe ser la meta de la existencia de todo ser vivo.

La verdadera vida sólo comienza al final de la existencia material.

En verdad, la vida real comienza sólo al final de la existencia material, y esto el espiritualista lo sabe muy bien. Si antes de la muerte uno obtiene la gracia de volverse consciente de Krishna, Dios, la Persona Suprema, uno alcanza inmediatamente el nivel de lo absoluto.

No hay diferencia entre el reino de Dios y el servicio de amor y devoción a Krishna. Puesto que ambos son absolutos, cuando uno se dedica al servicio sublime del Señor con amor y devoción, alcanza el mundo espiritual. Todas las actividades del mundo espiritual son conscientes de Krishna. Tan pronto como uno se hace consciente de Krishna, incluso en la vida presente, alcanza el nivel espiritual. Cualquiera que haya desarrollado la conciencia de Krishna, o la conciencia de Dios, ya está en el reino de Dios.

Lo espiritual es lo contrario de lo material. Por lo tanto, quien se dedica al servicio del amor y la devoción a Krishna se libera de las garras de la materia y se encuentra de hecho en el plano espiritual.

En realidad, la muerte, que sólo afecta al cuerpo material y no al alma, es en realidad un cambio de cuerpo.

Estar completamente absorto en Krishna, Dios, la Persona Suprema, y libre de toda contaminación, de todos los deseos materiales, son una y la misma cosa. Al igual que una persona rica abandona los objetos de la basura, el devoto de Dios, seguro de alcanzar el reino del Señor donde la existencia es eterna, todo conocimiento absoluto y dicha perfecta, naturalmente no siente ningún deseo por objetos de placer material, objetos que son insignificantes, meros juguetes, meras sombras de la realidad, sin valor duradero. Así se reconoce a quien se ha enriquecido espiritualmente.

Luego, a su debido tiempo, cuando el santo ser purificado está listo, ocurre lo que comúnmente se llama muerte, pero que en última instancia es sólo un cambio repentino de cuerpo. Para el ser puro, este cambio puede compararse a un relámpago acompañado simultáneamente de una luz brillante. Por la suprema voluntad de Dios, desarrolla un cuerpo espiritual en el mismo momento en que abandona el cuerpo material.