Krishna, Dios, la Persona Suprema, dice Él mismo que es el Padre de todos los seres. Es porque Él muestra infinita bondad hacia todos que desciende a este mundo de materia para llamar de nuevo a Sí a las almas caídas, las almas condicionadas por la materia, para salvarlas y llevarlas de nuevo a su morada eterna, donde vivirán de nuevo eternamente con Él, inmersas en una felicidad sublime, inefable, que no tendrá fin.
El Señor dice: Abandónate enteramente a Mí. Por Mi gracia, conocerás la paz absoluta, y alcanzarás Mi morada eterna y suprema.
Abandónate a Mí, y Yo te protegeré de todos los peligros.
Mientras actuemos al dictado de nuestros sentidos materiales, estaremos inmersos en la existencia material.
Pero en cuanto actuamos según las directrices reales y trascendentales del Señor, nuestra posición se vuelve espiritual. Las actividades de amor y servicio devocional que ofrecemos a Krishna están directamente bajo el control de Dios, la Persona Suprema.
Cuando se renuncia a las posiciones materiales y se actúa directamente bajo las órdenes del Señor Soberano, se revive la existencia espiritual y uno se encuentra en su posición natural y original. Esta es la verdadera liberación, que pone fin a la esclavitud material.
El Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema y Soberana, el Alma de todos los seres, tiene un deseo constante de ver a todos los seres vivir una existencia puramente espiritual a su lado, establecidos en su posición natural, original y eterna.
En el reino de Dios, cada palabra es una canción, y cada paso es una danza.
Vrindavana es un lugar de naturaleza espiritual eterna, poblado por diosas de la fortuna, conocidas como gopis. Todos son los amados de Krishna y Él su único amor.
Todos los árboles son árboles de los deseos, de los que se puede obtener lo que uno desee. La tierra está hecha de piedra filosofal, y el agua es verdadero néctar. Cada palabra es una canción, cada paso es una danza, y la flauta de Krishna acompaña sus movimientos en todo momento. El Señor Krishna, vestido con brillantes ropas amarillas y adornado con una hermosa guirnalda de loto, canta a veces con una hermosa y dulce voz. De su sublime cuerpo emana una fragancia muy agradable, que se extiende a más de cien kilómetros a la redonda, impregnando la atmósfera para deleite de todos los seres. Brilla con gran belleza.
Todo brilla con luz propia. Aquellos que obedecen a Krishna, Dios, la Persona Suprema, que siguen Sus instrucciones, que hacen Su voluntad, que se rinden a Él y Le sirven con amor y devoción, muy pronto alcanzarán su condición original, espiritual, y como seres espirituales, volverán al Señor para escucharle tocar Su maravillosa flauta. Se sentirán atraídos y fascinados por las sublimes vibraciones sonoras espirituales que emanan de él, pero también para jugar, bailar y cantar con el Señor.