Es a través de estos sentimientos básicos o intercambios que estamos eternamente unidos a Dios.

Cuando alcanzamos la etapa de liberación o salvación, que confiere el conocimiento puro, entonces somos capaces de identificar el sentimiento o relación particular que nos une con el Señor. Este es el nivel de la auténtica realización espiritual.

Todos estamos unidos a Krishna, Dios, la Persona Suprema, por una relación eterna, ya sea una relación de siervo a Maestro, amigo a Amigo, padre a Hijo, o amante a Amante.

Cuando alcanzamos este nivel de comprensión, alcanzamos la perfección del conocimiento. Entonces empezamos a comprender que somos siervos de Krishna, y que un eterno vínculo o relación de amor nos une a Él.

Esta gloriosa relación de amor no se basa en modo alguno en la retribución. Sin embargo, no es sin recompensa, una recompensa mucho mayor que cualquier cosa que podamos ganar aquí en este mundo material al servicio del mejor de los maestros. De hecho, no hay límite a los beneficios que el Señor Krishna proporciona.

Si el alma se dedica directamente a la conciencia de Krishna, que es su función natural, y si manifiesta su amor a Dios, que es su esencia espiritual y corresponde a su naturaleza eterna, todo lo que hace es beneficioso. Quien adopta la conciencia de Krishna o la conciencia de Dios, no pierde nada y no tiene nada que temer. Por lo tanto, es necesario purificarse para llegar a ser consciente de Krishna, y en la era actual, el método puro de purificación es el que emana del canto sublime de los Santos Nombres del Señor, «Haré Krishna»:

Haré Krishna, haré Krishna, Krishna Krishna, haré haré
Haré Rama, haré Rama, Rama Rama, haré haré

Este canto de los Santos Nombres de Dios en sánscrito significa: O Señor, o fuente de toda felicidad, o energía del Señor, por favor hazme tu amada sierva (doncella).

Krishna y Rama son los Santos Nombres de Dios, y Haré no es otra cosa que Su energía interior, Su dichosa energía.

Somos, en relación con Dios, fragmentos diminutos de su Persona divina. Por eso debemos vincular nuestros deseos e intereses con los Suyos, entregarnos a Él, servirle con amor y devoción, y dedicarle toda nuestra energía, cooperar con Él y ofrecerle todos los frutos de nuestras acciones. Así es como podemos considerar el vínculo que nos une a Krishna.

Al unirnos una vez más con Krishna, Dios, la Persona Soberana, el Señor Supremo, restablecemos este vínculo, y así recuperamos nuestra posición natural, original y eterna de siervo perpetuo de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Mostrémosle nuestro respetuoso homenaje sin más demora y eternamente.