Logos 74
El Señor enseña que sólo aquellos que han realizado actos de virtud en sus vidas pasadas, y que por tanto se han liberado de las secuelas de todas las faltas, pueden centrar su atención en el Señor Supremo, Dios. Cuando uno adquiere el conocimiento absoluto, puede disfrutar de la compañía constante del Señor en esta misma vida a través de las simples actividades de escuchar, cantar, recordar y adorar al Señor Supremo.
El Señor enseña que el mero canto de Sus Santos Nombres tiene el poder de eliminar las impurezas que cubren la conciencia pura, lo que resulta en nuestra liberación inmediata de todas las condiciones materiales. Liberarse de las garras de la materia significa liberar el alma. Por la gracia del Señor, el alma pura se eleva así inmediatamente al nivel del Absoluto, donde ya no corre el peligro de caer bajo el yugo de la materia, en lo que se llama existencia condicionada.
Nadie es capaz de percibir la presencia del Señor en todas las circunstancias, a menos que esté dotado de la visión espiritual requerida, que es conferida por el servicio de amor y devoción dedicado a Dios.
Logos 75
Las dudas de la dualidad surgen de una concepción errónea del cuerpo, que las inteligencias menores perciben como un ser en sí mismo. La ignorancia consiste en identificarnos con nuestra envoltura carnal y considerar todo lo relacionado con el cuerpo como propio.
Las dudas que surgen de una concepción errónea del yo y de lo mío, de mi cuerpo, de mis parientes, de mis posesiones, de mi mujer, de mis hijos, de mi riqueza, de mi país, de mi raza, y de otros mil objetos ilusorios de contemplación, representan tantas fuentes de error para el alma condicionada por la materia. Sin embargo, quien asimila las enseñanzas de la ciencia de Dios puede estar seguro de liberarse de tal desorden, pues el verdadero conocimiento consiste en comprender que el Señor Supremo lo es todo, incluido uno mismo.
Todo es una manifestación de Su poder, como un fragmento de Su Ser Divino, y puesto que el poder no difiere en nada de quien posee ese poder, el concepto de dualidad se desvanece de inmediato para quien alcanza el conocimiento perfecto.