Quienes descienden de los planetas edénicos lo hacen a través de la lluvia.

El Señor Krishna nos aconseja: «Debemos trascender estas tres modalidades de influencia de la naturaleza material (virtud, pasión e ignorancia) y entonces nos liberaremos del ciclo de muertes y renacimientos. De lo contrario, incluso si uno ha sido elevado a un sistema planetario superior como Candraloka, tendrá que descender. Una vez consumido el beneficio de las actividades piadosas, habrá que regresar a este planeta durante una lluvia y nacer primero como hierba o planta, que será devorada por diversos animales, pero también por seres humanos, para luego transformarse en semilla. Esta semilla se introduce en un cuerpo femenino y así nace el ser vivo (el alma). Aquellos que regresan a la Tierra de esta manera nacen particularmente en familias de alta posición, como las familias de sabios eruditos».

El Señor Krishna dice de Él: «Aquel que Me conoce como no nacido, sin principio, el Soberano de todos los mundos, aquel que no tiene ilusión entre los hombres, se libera de todo pecado».

Todos aquellos que intentan alcanzar la realización espiritual no son, en verdad, hombres ordinarios.

Se elevan por encima de millones de seres que ni siquiera son conscientes de ello. Pero entre aquellos que se esfuerzan por conocer su identidad espiritual, aquel que llega a saber que Krishna es Dios, la Persona Suprema, el No Nacido, el único poseedor de todo lo que existe, ese hombre ha alcanzado verdaderamente la realización espiritual más elevada, el logro espiritual más elevado.

Sólo entonces, plenamente consciente de la naturaleza suprema de Krishna, puede liberarse por completo de las consecuencias de sus pecados.

Quien sabe que Krishna es distinto de todo lo creado se libera inmediatamente de los efectos de todos sus actos pecaminosos; éste es el factor indispensable para conocer al Señor Supremo. Sólo el servicio devocional a Dios puede otorgar este maravilloso conocimiento.

Todo acto realizado bajo la dirección de Krishna es absoluto y no puede verse empañado por ninguna consecuencia material, ya sea favorable o desfavorable.

Además, la idea de «favorable y desfavorable» en el universo material no es más que una creación mental, porque nada en este mundo es favorable. Todo en él es malo, porque la máscara misma de la materia es mala.