El Señor nos advierte en estos términos: « Tres puertas se abren a este infierno (los seres malvados se sumergen en el océano de la existencia material bajo diversas formas de vida demoníacas): la concupiscencia, la ira y la avaricia. Que todo hombre cuerdo las cierre, pues conducen al alma a su ruina ».

Es el acto sexual el que está en la raíz de la perpetuación de la existencia condicionada en este mundo material, razón por la cual Dios aboga por el celibato o la continencia.

Por eso los grandes sabios renuncian a la vida familiar y social y eligen vivir solos, como ermitaños.

(Para saber más sobre este tema, abre el libro «Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios», y haz clic en el logo 468)

Los seis enemigos del hombre.

El hombre tiene seis enemigos de los que debe distanciarse absolutamente: la ira, la concupiscencia, la avaricia, la locura, la ilusión y la envidia.

Estos seis enemigos están en el origen de la pérdida y perdición del alma. Lo reducen a la esclavitud material, obligándolo a someterse constantemente a la influencia nociva de la energía de la ilusión que condiciona su existencia, lo obliga a seguir malos caminos, genera inevitablemente sufrimiento y lo obliga a reencarnar indefinidamente.

Así afligida y condicionada, el alma encarnada que realmente somos cada uno de nosotros, deambula constantemente por la galaxia yendo de un planeta a otro, hasta el punto de que acaba encontrando normal vivir de esta manera. Sólo podrá liberarse de su mal cuando encuentre a un auténtico maestro espiritual, un verdadero siervo de Dios, lea sus libros, siga sus instrucciones y las ponga en práctica.

Todos debemos vivir de acuerdo con las enseñanzas de Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios.

Todos debemos practicar el vegetarianismo espiritual, que prohíbe comer carne, pescado y huevos.

La comida consagrada y ofrecida por primera vez a Dios nos inmuniza contra la contaminación material.

Durante una epidemia, se vacuna a las personas para inmunizarlas contra el germen. De la misma manera, cuando tomamos el alimento ofrecido por primera vez al Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema, podemos resistir todos los ataques de la energía material. Se llama devoto del Señor a aquel que siempre actúa así. De esta manera, el ser consciente de Krishna, que sólo come alimentos ofrecidos a Dios, puede borrar todas las consecuencias de sus malas relaciones con la materia y abrir el camino a la realización espiritual.

Del otro lado, aquellos que no continúan aumentando el volumen de sus actos pecaminosos y de sus pecados. Preparan así otro cuerpo, como el de un perro o un cerdo, en el que tendrán que sufrir las consecuencias de sus pecados. La energía material es la fuente, y por tanto el origen de toda contaminación, pero aquel que está inmunizado por el alimento ofrecido a Krishna, escapa a sus ataques. Todos los demás son víctimas, sin recurso.