La mente es la causa original de la esclavitud a la materia. Es la fuente de la concupiscencia, la ira, el orgullo, la codicia, la angustia, la pena, la ilusión y el miedo. Todas estas tendencias se combinan para esclavizar al alma encarnada que cada uno de nosotros realmente es, a la acción interesada.
Dado que las tendencias malignas que acompañan a la mente nos encadenan a la materia, debemos tener cuidado de no confiar en ella, pues es a la vez nuestro mejor amigo y nuestro peor enemigo. La mente nos es útil porque a través de ella podemos «pensar, sentir y querer», que son sus tres actividades.
En verdad, la mejor manera de permanecer siempre en control de nuestra mente, y por tanto de dominarla en todo momento, es absorberla en la conciencia de Krishna o conciencia de Dios, y tararear el maravilloso canto de los Santos Nombres de Dios, «Haré Krishna».
La mente es el foco de la práctica de la unión y comunión con Dios. El propósito de la práctica de unión y comunión con Dios [también llamada yoga] es dominar la mente e impedir que se apegue a los objetos de los sentidos. Además, el efecto del yoga debería ser educar la mente para que pueda sacar al alma condicionada de la ignorancia en la que se encuentra.
En la existencia material, todo el mundo es esclavo de la mente y los sentidos. De hecho, es la mente la que nos da una falsa concepción de nosotros mismos, la que hace germinar en nosotros el deseo de dominar la naturaleza material y la que está en el origen del aprisionamiento del alma en el universo material.
Si la mente se dirige de manera que no quede fascinada por el brillo de la materia, el alma escapará de su condicionamiento. En ningún caso debemos dejarnos llevar por los objetos de los sentidos, porque según un proceso de degradación nos atascan cada vez más en la existencia material. Entonces seremos arrastrados a un ciclo interminable de renacimiento y muerte, llamado reencarnación. Además, la mejor manera de liberarnos de este estancamiento será no ofrecer nunca a nuestro pensamiento más que un único objeto; Dios.
La mente es la causa del aprisionamiento del ser espiritual encarnado en la materia, pero también de su liberación. Absorto en los objetos de los sentidos, aprisiona al ser.
Separado de los objetos de los sentidos, lo libera. Por lo tanto, concentrar la mente en Krishna, Dios, la Persona Suprema, trae la liberación suprema.