La clave para la liberación es el amor por Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios.
Bienaventurados todos aquellos que se entregan a Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, porque experimentarán paz absoluta y verdadera libertad.
Servir a Dios con amor y devoción es verdadera libertad.
Es en el reino de Dios donde se encuentran la verdadera felicidad sublime y la verdadera vida, que no tienen fin.
Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios es la verdadera fuente de felicidad.
En verdad, Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios, siendo la fuente de todos los placeres y la reserva de todas las bendiciones, quien habita con Él disfruta de una felicidad profunda, inefable, perfecta, incesante, permanente y eterna.
Se puede decir que los verdaderos espiritistas, seres santos y siervos de Dios realmente disfrutan de la vida. Su placer es ilimitado y constituye la verdadera felicidad, una felicidad que no es material sino espiritual. El placer que uno obtiene de la vida espiritual es todo alegría, como el propio Krishna.
El Señor Krishna dice: «Aquel que alcanza el nivel espiritual al mismo tiempo realiza al Ser Supremo y encuentra en él gozo infinito. Nunca se aflige, nunca aspira a nada».
La verdadera felicidad no existe en todo el cosmos material, porque es un mundo de sufrimiento. En el mundo espiritual y absoluto, las hermosas almas puras que viven allí actúan sólo dentro del marco del servicio de amor puro y devoción que ofrecen a Krishna, establecidas como están en la conciencia de Krishna o en la conciencia de Dios.
Como Dios posee plenitud absoluta, quienes se dedican a su servicio encuentran a su vez plenitud en sí mismos. Debido a que naturalmente piensan en Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios, los seres puros siempre se bañan en el gozo más perfecto. Los seres vivos o seres espirituales sólo encuentran su condición normal, natural, original, feliz a través del contacto con la energía interna de Krishna, la Persona Soberana.
El mundo espiritual es el verdadero hogar de los seres espirituales que todos somos. Este mundo espiritual eterno se llama «Vaikuntha», que en sánscrito significa «el mundo sin ansiedad». Todo es radiante y lleno de conciencia y bienaventuranza. La dimensión del mundo espiritual es inconcebible, porque en realidad es ilimitada.
Cuando el ser virtuoso, la gran alma entra en el reino de Dios, queda como inmerso en una atmósfera ilimitada y llena de alegría inefable, de la que siente constantemente los efluvios de felicidad por todas partes, en un movimiento ininterrumpido. Está abrumado por un sentimiento puro de amor y alegría como ningún otro. Krishna, Dios, es la fuente de ello y, a través de su energía de bienaventuranza, la distribuye a todas las almas hermosas y puras que viven allí.
Ésta es la verdadera felicidad sublime. Es en el reino de Krishna donde se encuentran la paz absoluta, la consumación, la vida eterna, la verdadera felicidad divina y la verdadera libertad.