El Señor Krishna nos revela el alma:
«Nunca hubo tiempo en que no existiéramos, Yo, tú y todos estos reyes; y ninguno de nosotros dejará jamás de serlo.
En el momento de la muerte, el alma toma un nuevo cuerpo con la misma naturalidad con la que pasó, en el anterior, de la niñez a la juventud y luego a la vejez. Este cambio no perturba a quienes son conscientes de su naturaleza espiritual.
Sepan que lo que penetra en todo el cuerpo no puede ser destruido. Nadie puede destruir el alma imperecedera.
El alma es indestructible, eterna e inmensurable; sólo los cuerpos materiales que toma prestados están sujetos a destrucción.
Ignorante del que cree que el alma puede matar o morir; bien sabe el sabio que ni mata ni muere.
El alma no conoce ni el nacimiento ni la muerte. Vivo, nunca dejará de estarlo. No nacido, inmortal, original, eterno, nunca tuvo un comienzo y nunca tendrá un final. No muere con el cuerpo.
¿Cómo podría aquel que conoce el alma no nacida, inmutable, eterna e indestructible matar o hacer que lo maten?
En el momento de la muerte, el alma toma un cuerpo nuevo, quedando el viejo inservible, del mismo modo que uno se quita la ropa gastada para ponerse otra nueva.
Ninguna arma puede partir el alma, ni el fuego quemarla; el agua no puede mojarlo ni secarlo el viento.
El alma es indivisible e insoluble; el fuego no le alcanza, no se puede secar. Es inmortal y eterno, omnipresente, inalterable y fijo.
Se dice del alma que es invisible, inconcebible e inmutable. Sabiendo esto, no debes lamentarte por el cuerpo.
E incluso si crees que el alma se apodera infinitamente del nacimiento y la muerte, no tienes motivos para lamentarte.
La muerte es segura para el que nace, y el nacimiento seguro para el que muere. Como tienes que cumplir con tu deber, no debes sentir lástima de ti mismo.
Todas las cosas creadas son originalmente no manifiestas. Se manifiestan en su estado transitorio y, una vez disueltos, se encuentran no manifestados. ¿Cuál es el punto de estar triste por esto?
Algunos ven el alma y les resulta una maravilla asombrosa. Así también otros hablan de ello y otros oyen de ello. Sin embargo, hay quienes, incluso después de oírlo, no pueden entenderlo.
El que mora en el cuerpo es eterno, no puede morir. Para que no tengas que llorar por nadie».