El Señor Krishna enseña: «Cuando alguien considera que la gratificación de los sentidos es la meta de su vida, se dedica locamente a la vida material y se entrega a todo tipo de actividades pecaminosas. No sabe que es debido a sus fechorías pasadas

que ya ha recibido un cuerpo material que, a pesar de su naturaleza transitoria, es el origen de su sufrimiento.

En verdad, el ser distinto (el ser individual y distinto de Dios) nunca debió revestirse de esta envoltura carnal, sino que le fue atribuida para satisfacción de sus sentidos. Además, no creo que convenga a un hombre inteligente volver a enredarse en actividades materiales que lo obligarían perpetuamente a revestirse de cuerpos, vida tras vida».

La ilusión es la fuente del condicionamiento material y del desconocimiento de los datos relativos a Dios, nuestra verdadera identidad espiritual, el conocimiento espiritual y la verdad existencial y absoluta.

El desconocimiento de los datos relativos a Dios como realmente es, a nuestra verdadera identidad espiritual, al conocimiento espiritual, a la verdad existencial y absoluta, está en la raíz del ateísmo, el desconcierto y la pérdida del hombre.

Es la ausencia de conocimiento de Dios tal como Él realmente es, así como de datos relativos a la verdad existencial y absoluta, de nuestra verdadera identidad espiritual o yo real, pues no somos el cuerpo de materia densa, de cuyo conocimiento espiritual el Señor Supremo es la fuente y el Maestro Supremo y los principios reguladores, que están en el origen del surgimiento, a través de la ignorancia así adquirida, de la ira, la codicia, la concupiscencia, el orgullo, el odio, el racismo, la criminalidad, la violencia y el materialismo, expresados y puesta en movimiento por el incrédulo, sin restricción.

Los sentidos materiales y la inteligencia se fusionan en un ego falso en la pasión de la que surgen, y la mente, con los seres celestiales, se fusionan en un ego falso en la virtud. Querer dominar la naturaleza material e identificarse con el propio cuerpo, tal es el ego falso.

La ruptura del vínculo que nos unía a Dios y el olvido de la relación que teníamos con Él, están en el origen de los diferentes cuerpos de materia en los que cada uno de nosotros ha encarnado durante las diversas encarnaciones anteriores, y del sufrimiento resultante.

Cuatro problemas están relacionados con el universo material.

Es fundamental alimentarse, cobijarse, reproducirse y afrontar el miedo. Esto último es lo que más nos acosa. Toda la existencia material es una serie de obstáculos, por lo que constantemente surge el problema del miedo. Tiene su origen en nuestro contacto con la energía ilusoria del Señor, un aspecto de la energía externa o energía material, también llamada maya.

En verdad, son los pecados de la humanidad, resultantes de sus pensamientos, palabras y actos pecaminosos, combinados con su negativa a obedecer a Dios, a respetar y aplicar sus leyes, preceptos y mandamientos, y a servirle con devoción, pero también la matanza de millones de animales terrestres y marinos en los mataderos, en alta mar por los arrastreros, y en los estanques piscícolas y de acuicultura, el consumo de carne, el consumo de carne, pescado y huevos, los abortos, y la extracción de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, que están en el origen de diversas guerras, virus, epidemias, calentamiento global, desastres naturales como incendios, sequías, lluvias torrenciales, inundaciones, corrimientos de tierra, huracanes, terremotos, vientos violentos, frío intenso, fuerte calor, etc. , los frecuentes enfrentamientos que se producen aquí y allá, la reducción de la leche y de los productos agrícolas, y el sufrimiento que padecen.