El Mundo Espiritual
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s desprendidas de este loto, parecido a un jardín, forma la morada espiritual de Sri Rādhikā, la más querida en el corazón de Krishna.

Los habitantes del mundo espiritual tienen una encarnación azul, amarilla, roja y blanca.

Yo adoro a Govinda, el Señor original, el primero de los ancestros. Él guarda las vacas y colma todos los deseos. Sus palacios están hechos de piedras preciosas espirituales rodeados de millones de árboles a placer. Un número infinito de lakṣmīs y gopīs lo sirven por siempre con gran veneración y la más profunda afección.

Yo adoro a Govinda, el Señor original, que toca su flauta de maravilla. Su rostro resplandece de belleza y sus ojos se abren como pétalos de Loto. Su piel es azulada como las nubes, plumas de Pavo real coronan su cabeza, su gracia indecible seduce a millones de Cupidos.

Yo adoro a Govinda, el Señor original, que siempre se complace en las distracciones del amor. Una guirnalda de flores salvajes resaltada por un medallón de Luna se balancea en su cuello y aderezos de joyas adornan sus manos, donde baila su fllauta. Se manifiesta eternamente en su graciosa forma de Śyāmasundara, que dibuja tres líneas curvas.

En Vaikunthaloka, no hay más ocupación que servir al Señor, y este servicio se hace con total desinterés. Aunque todos los servicios realizados traen consigo un resultado concreto, nunca el bhakta, el ser puro, aspira a satisfacer sus propios deseos, porque estos ya están colmados naturalmente al practicar el servicio de amor absoluto que se ofrece al Señor. En el reino Vaikuntha, en el mundo espiritual, solo existe la virtud pura. En estos planetas Vaikunthas, tanto el Señor como sus devotos participan de esta naturaleza trascendental, llamada suddha-sattva, virtud pura.

La energía externa del Señor es el universo material y el reino de Su energía interna, Vaikuntha, corresponde al reino de Dios. En el mundo de Vaikuntha, no existe ninguna discordancia entre el Señor y los demás habitantes. También la creación de Dios en el mundo de Vaikuntha se considera perfecta. Allí no hay ninguna causa para el temor. En efecto, el reino de Dios se basa todo él en la señal de una armonía tan perfecta que no se encuentra la más mínima animosidad. Allí todo es absoluto. Todos los seres están perfectamente absorbidos en el servicio del Señor, que representa el todo perfecto.

Krsna es el Señor Soberano, El del placer de que todo existe, y nosotros tenemos que actuar en consecuencia. Todo lo que se opone a este principio no muestra ninguna religión. Esto es porque Krsna demanda: “Anadona cualquier otra forma de religión”. En el mundo espiritual, este principio de pura religión, La Consciencia de Krsna se mantiene en una perfecta armonía, aunque a este mundo se le dé el nombre de Vaikuntha.

Los bienes y la morada del Señor Krishna son emanaciones de su poder interno.

El ser vivo, la entidad espiritual en su origen, pertenece al Reino de Dios. Este Reino espiritual se denomina Vaïkuntha y está formado por planetas Vaïkuntha, y por el planeta más elevado de todos, Goloka Vrndâvana. Allí, en el planeta espiritual de Goloka Vrndâvana, Sri Krishna, Dios, en su forma fascinante de Shyâmasundara, más seductora que la de millones de kandarpas, cupidos, dibujan tres líneas curvas, con la cabeza adornada con una pluma de pavo real y una flauta en Su mano, se abandona a sus sublimes Distracciones, eternas, en compañía de Sus puros devotos. Él es el centro de atención de todos los residentes de Goloka Vrndâvana. En cuanto a Sus múltiples Emanaciones plenas de Narâyanas, de cuatro brazos, cada una reina en uno de sus innumerables planetas espirituales de Vaikuntha. Krsnaloka (Goloka Vrndâvana) y los planetas de Vaikuntha representan el Reino de Dios, eterno y rebosante de felicidad, en el que Krishna y sus Emanaciones plenas de Narâyana gozan de una total supremacía.

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