El Mundo Espiritual
Página 4 de 18

Krsna manifiesta ante sus ojos el mundo espiritual, eterno, sin fin y pleno de conocimiento. En el Universo material, se encuentran diferentes formas de cuerpo, tanto altas como bajas y, según esas formas, el saber es diferente. En el cuerpo de un niño, por ejemplo, no es tan perfecto como en el cuerpo de un hombre adulto. En todas las formas de vida se distinguen diferentes niveles, en los seres acuáticos, las plantas y los árboles, los reptiles y los insectos. Las aves y las bestias, los hombres civilizados y los no civilizados. Más allá de la forma humana, se encuentran los devas, los Caranas y los Siddhas hasta los habitantes de Brahmaloka, morada de Brahma; entre los propios devas se manifiestan diferentes grados de saber. Pero, más allá del Universo material, en la “atmósfera” Vaikuntha, todos los seres disfrutan por igual de un conocimiento pleno. Allí, en los Vaikunthalokas o en Krsnaloka, todos sin distinción, se sumergen en el servicio de devoción que se ofrece al Señor.

Tal y como confirma la Bhagavad-gita, disfrutar del saber en su plenitud es conocer a Krsna como Dios, la Persona Suprema. Los Vedas, así como la Bhagavad-gita, enseñan que en el brahmajyoti, la “atmósfera” espiritual, no hay ninguna necesidad de la luz del sol, de la luna o de la fuerza eléctrica. Allí, todos los planetas producen por sí mismos su luz y sus cosas eternas. El mundo espiritual, que se baña en ese brahmajyoti, no conoce ni creación ni aniquilación. La Bhagavad-gita confirma también que, más allá del Universo material, se encuentra un Universo eterno, espiritual, donde todo existe por siempre jamás. Las almas condicionadas no pueden solo pueden tener conocimiento del mundo espiritual a través de grandes sabios que ya están más allá de la influencia de los tres gunas, los atributos de la naturaleza material. Si no estamos establecidos firmemente en el nivel absoluto, es imposible comprender la naturaleza de ese mundo espiritual.

Sí, el verdadero amor existe, se encuentra en el mundo espiritual, el reino eterno del Señor Supremo y de Sus puros devotos. Está formado por los planetas eternos de Vaïkuntha. Cada uno de estos planetas del mundo eterno tienen dimensiones considerables - millones o incluso millardos de kilómetros - y se extienden hasta el infinito. En cada uno de ellos, reside una emanación diferente de Krisna. El mismo Krishna posee su propia morada original, eterna, llamada Krishnaloka ou Goloka

Vrindavan. De entre todos los planetas, Krishnaloka es el más elevado.

Allí se encuentran cascadas a montones que nunca se secan; tan suave es su rumor que oculta el canto de los grillos. El bosque está siempre verde y espléndido0 porque el agua fluye por todas partes. En los lagos de Vrindavan, bordeados de hierba verde, se extienden diferentes variedades de flores de loto, y la brisa transporta su polen aromático. El río Yamuna, los lagos y las cascadas proyectan sobre los habitantes de Vrindavan refrescantes gotas de agua. De este modo, casi no saben lo que son las molestias del verano.

Allí la tierra está cubierta de flores en todas las épocas del año. Existen diversas variedades de ciervos, cuyo pelaje parece estar decorado. En Vrindavan, las abejas zumban, los pájaros cantan a viva voz y los pavos reales bailan mientras lanzan su grito al tiempo que los cuclillos cantan de cinco maneras.

La felicidad, que no se puede separar del amor, está en Vrindavan, el lugar donde se manifiesta con una intensidad sin igual, el amor de Dios que se puede alcanzar para el mayor gozo. Krishna le manifestó Sus distracciones a Vrindavan hace 5.000 años (el Vrindavan terrestre en La India que es una réplica del Vrindavan del mundo espiritual) con el fin de atraer hasta Su morada eterna a las almas condicionadas que somos nosotros. Para recordarnos que no pertenecemos al mundo material, transitorio y miserable, pero que, al ser parcelas espirituales de Su persona, estamos hechos para vivir en el mundo espiritual, eterno y rebosante de felicidad, en Su maravillosa compañía. Con Krishna podremos, al fin, intercambiar relaciones amorosas consumadas y satisfactorias; ya sea como servidor del Señor, como amigo, como padre o madre, o como amante (gopis o reinas de Krishna).

Facebook

VISITANTES

3923649

Visitantes en línea

3923649





Visitantes por país