Establecido en Su poder trascendental, Krishna es el Maestro de estas tres moradas y de todas las energías espirituales, además de poseer las seis excelencias en su plenitud. Por eso es Dios, la Persona Suprema.
Más allá de la existencia manifestada y no manifestada de la naturaleza material está el mundo espiritual. Dado que este mundo es de carácter puramente espiritual, no hay diferencia cualitativa; todo en él es espiritual, perfecto, y participa de la forma espiritual del Señor Krishna. Este mundo espiritual, la manifestación del poder interior de Krishna, Dios, la Persona Suprema, difiere totalmente del mundo material, manifestado por su energía exterior o material. Los habitantes de los planetas espirituales tienen la tez azulada de un cielo azul. Sus ojos se asemejan al loto y sus rasgos son los de los adolescentes. Todos tienen cuatro brazos y sus cuerpos tienen un encanto fascinante. Llevan ropas de tonalidades amarillas y están bellamente adornadas con collares de perlas con medallones. Un resplandor brillante emana de su persona, de su cuerpo espiritual.
Todos los habitantes del mundo espiritual poseen características corporales espirituales, desconocidas en este mundo material. Al igual que en este mundo material los seres difieren de un continente a otro o de un planeta a otro, los habitantes del mundo espiritual tienen rasgos corporales totalmente diferentes de los que se ven en el cosmos material. Por ejemplo, en lugar de tener dos brazos, todos tienen cuatro. Algunos tienen el brillo del coral y del diamante. Sus cabezas están adornadas con coronas de flores, floreciendo como el loto. Algunos también llevan pendientes. Algunos de los habitantes han alcanzado la liberación que les permite poseer los mismos rasgos corporales que los de Dios, la Persona Suprema. La piedra vaidurya es la prerrogativa del Señor Supremo, y quien alcanza esta forma de liberación obtiene el privilegio de llevar también diamantes de esta naturaleza. El mundo espiritual brilla con luz, mientras que el mundo material está envuelto en la oscuridad.
Dios dice: «Este reino supremo, el mío, no está iluminado por el sol, la luna o incluso la fuerza eléctrica. Para los que lo alcanzan, no hay retorno a este mundo».
Todo lo que es relativo, efímero y distante de la Verdad Absoluta, Dios, se llama mâyâ, ilusión o ignorancia. Esta ilusión se manifiesta en dos categorías: la ilusión inferior, que es la materia inerte, y la ilusión superior, que son los seres vivos. La única razón por la que los seres vivos son llamados ilusorios es porque están involucrados en las estructuras y actividades ilusorias del mundo material. En realidad, no hay nada ilusorio en el ser cubierto por el velo de māyā si éste no es su deseo. Las actividades de los seres que viven en el reino espiritual no son ilusorias; son las actividades verdaderas y eternas de las almas liberadas.