En el orden del Señor, un bhakta realizado a veces puede descender al universo material como lo haría un hombre ordinario. Pero debido a sus prácticas del pasado, se apegará naturalmente al servicio de devoción y esto sin ninguna razón aparente. A pesar de los diferentes obstáculos que encuentre a su alrededor debido a diversas circunstancias, perseverará de forma automática en la senda del servicio de devoción y progresará así poco a poco hasta alcanzar el nivel de la perfección que, desde el principio, ya era el suyo. Bilvamangala Thakura, por ejemplo, que en su vida anterior había sido un bhakta evolucionado, sufrió un gran deterioro al apegarse a una prostituta. Pero las intenciones de esta misma prostituta que tanto lo había fascinado transformaron de pronto su comportamiento por completo y volvieron a hacer de él un gran bhakta. En la vida de bhaktas avanzados se nos ofrecen numerosos ejemplos similares que prueban que una vez que encontramos al Señor no podemos perderlo.
No obstante, el hecho es que no podemos convertirnos en un bhakta hasta que no nos liberamos por completo de todas las consecuencias de nuestra vida pecadora. Así lo declara Krishna en la Bhagavad-gita(VII.28):
«Los hombres liberados de la dualidad, fruta de la ilusión, los que tanto en sus vidas pasadas como en esta vida han sido virtuosos, aquellos en los que el pecado ha llegado totalmente a su fin, los que Me sirven con determinación». Por otro lado, Prahlada Maharaja enseña: Cualquiera que se muestre demasiado apegado a la vida de familia materialista – al hogar, a la mujer, a los hijos, etc. – no podrá desarrollar en sí mismo la consciencia de Krishna.
Por la gracia del Señor Supremo, estas contradicciones aparentes se resuelven todas en la existencia de un bhakta, aunque este nunca pierde su posición en la senda de la liberación.
Cualidades del ser liberado.
El ser liberado en esta vida no es culpable de ninguna falta y esto se resume en no tener relaciones sexuales ilícitas, no consumir carne animal, no hacer uso de excitantes ni de sustancias tóxicas y renunciar a los juegos de azar.
Otra característica del ser liberado es que no se ve afectado por los sufrimientos de la vejez. Otro rasgo más, se prepara para no volver a encarnarse en cuerpos materiales destinados todos a perecer. En otras palabras, ya no vuelve más al ciclo de muertes y nacimientos. Además, las alegrías y las penas materiales lo dejan indiferente. El ser liberado es también vijighatsa, que significa que ya no desea los placeres materiales porque no tiene otra aspiración que la de servir a Krishna, el objeto de sus deseos tan querido con amor y devoción. Todos sus deseos se vuelven a Krishna. De todas formas, no pide nada para sí mismo y si desea algo es únicamente servir al Señor Supremo. Pero ese deseo lo satisface por completo por la gracia del Señor. El bhakta vuelve al mundo espiritual, a Vaikuntha, en su morada original y según Sri Sukadeva esa misma palabra indica que el bhakta desarrolla en sí mismo las cualidades de Dios, la Persona Suprema. Es lo que se llama «la identidad cualitativa». Así, igual que Krsna