Cantad siempre con entusiasmo:
Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare / Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare hare.
«Los dieciséis nombres de Dios que componen el mantra Hare Krishna están especialmente destinados a ponerles trabas a las terribles consecuencias de la era de Kali. Aunque se busque en toda la literatura védica, no se podrá encontrar un método de realización espiritual para esta era tan sublime como el canto del mantra».
Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare / Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare.
Significado: «Oh, Señor, Oh, Fuente de toda felicidad, por favor, haz de mí Tu servidor bienamado».
Particularidades del servicio de devoción puro.
Únicamente a través del servicio de amor y devoción, y solo así, se puede conocer a Dios tal y como es.
El Señor Krishna dijo: «a los que siempre Me sirven y Me adoran con amor y devoción, les doy la inteligencia mediante la cual puedan venir a Mí».
Sri Krishna instruyó al rey Yudhisthira que quedó conquistado por el amor del que conquista todos los sentidos. El que no ha controlado sus sentidos no puede conquistar a Dios, la Persona Suprema. Ese es el secreto del servicio de devoción. Controlar los sentidos es ponerlos de forma permanente al servicio del Señor. Y la marca específica de todos los hermanos Pandavas consistía precisamente en que ponían constantemente sus sentidos al servicio del Señor. El que así actúa consigue ser purificado y basta con purificar una vez los sentidos para poder servir realmente a Krishna. Este último puede, pues, ser conquistado por el devoto que se entrega a Su sublime servicio de amor.
El servicio de devoción puro alivia la angustia material.
El Señor recomienda en la Bhagavad-gita que todos se abandonen a Él, dejando a un lado cualquier otra ocupación. Entonces promete que las almas que se someten así serán liberadas de todas las consecuencias de sus faltas. Srila Rupa Gosvami precisa que los sufrimientos relacionados con actos culpables tienen un doble origen: los actos en sí mismos, pero también los realizados en vidas anteriores. Y el origen de los actos culpables resulta ser la mayoría de las veces la ignorancia. Pero el hecho de ignorar que un acto es culpable, cuando se comete es imposible evitar sus consecuencias indeseables que dan lugar a otros actos culpables. Por otra parte, se distinguen dos tipos de faltas: las, por así decirlo, «cometidas en la madurez» y las que no. Por «faltas cometidas en la madurez» hay que entender aquellas cuyas consecuencias sufrimos en el presente; las otras son numerosas y las acumulamos dentro de nosotros, pero todavía no nos han ocasionado sufrimientos. Puede que al