Oh, tú, el más grande de los descendientes de Bharata, ese brahmajyoti (ese resplandor) no es otro que Yo mismo». Igual que el sol y sus rayos no sabrían estar separados, tampoco podrían separarse Krishna y el brillo que emana de Su Cuerpo, el brahmajyoti. Así, Krishna declara que el brahmajyoti no era otra cosa que Él mismo, lo que establece con claridad el Harivamsa cuando Krishna dice: «aham sah». El brahmajyoti está formado por un conjunto de partículas ínfimas llamadas chispas espirituales o, en otras palabras, llamadas los seres vivos citkana. La expresión védica so ham o «Yo soy el brahmajyoti» se puede aplicar igualmente a los seres vivos que también pueden pretender formar parte del brahmajyoti. Y en el Harivamsa, Krishna sigue explicando: «Este brahmajyoti es una emanación de Mi energía espiritual».
Krishna le dice aún a Arjuna: «El brahmajyoti se extiende más allá del reino de Mi energía externa llamada maya-sakti». El que habita en ese mundo material no puede conocer ese brillo del Brahmán (ese resplandor del cuerpo primordial de Krishna). Eso se debe a que este no se manifiesta en el mundo material, sino solo en el mundo espiritual. Estas dos energías se manifiestan eternamente.
Movido por una fe firme en sus Hijos, el rey Vasudeva se dirige a ellos en estos términos: «Mi querido Krishna, Tú eres Dios, la Persona Suprema, sac-cid-ananda-vigraha, y Tú mi querido Balarama, Tú eres Sankarsana, el Maestro de todos los poderes sobrenaturales. Ahora he comprendido que sois eternos. Los dos os encontráis más allá de esta manifestación material y de su causa que recae en la persona Soberana de Maha-Visnu. Sois los Maestros originales de todos. En Vosotros recae esta manifestación cósmica: Vosotros sois sus Creadores y también los ingredientes de su creación. Sois los Maestros del cosmos, creado en verdad con el único fin de que se extiendan Vuestras Distracciones».
«También representáis las diferentes fases de la materia, desde el inicio hasta el fin de la manifestación cósmica, visibles en diferentes aspectos del tiempo, porque sois tanto la Causa como el Efecto del cosmos. Los dos polos de este mundo representados por el dominante y el dominado están también en Vosotros, que os halláis por encima de ellos, Maestros Supremos y Absolutos. Por eso, Vosotros estáis más allá de la percepción de nuestros sentidos. Además sois el Alma Suprema, no nacida e inmutable. Los seis tipos de transformaciones que debe sufrir el cuerpo material no Os afectan en nada. Y la maravillosa variedad que puebla el Universo material también la habéis creado Vosotros que habéis penetrado bajo la forma de Alma Supremaen cada uno de los seres vivos e incluso los átomos. Sois el Sostén de todo lo que existe».
«La fuerza vital, el principio de vida en todas las cosas, así como la fuerza creadora que de ello resulta no actúan por iniciativa propia: dependen totalmente de Vosotros, oh, Señores Supremos, sin la voluntad de quienes no sabrían actuar. La energía material no goza del saber. No puede actuar independientemente sin que Vosotros la pongáis en marcha. Y como la naturaleza material recae por completo en Vosotros, los seres vivos solo pueden tratar de intentarlo: sin Vuestra sanción y Vuestra voluntad no pueden realizar cualquier cosa ni obtener los resultados que desean».