La Ciencia Espiritual Pura
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inmediatamente todas estas reacciones debidas a nuestras faltas a la nada. Cuando el servicio devocional habita en el corazón de una persona, no hay lugar para ningún deseo de actuar de manera equivocada. La vida pecaminosa es el resultado de la ignorancia, es decir, el olvido de nuestra posición natural y eterna como siervo de Dios; pero tan pronto como una persona se vuelve plenamente consciente de Krishna, Dios, se da cuenta de que es el eterno siervo del Señor Supremo.

En el universo material, las nociones de «bien» y «mal» son sólo creaciones de la mente.

El Señor dice: «Aquel que es indiferente a la dualidad (bien-mal, felicidad-infelicidad, caliente-frío, verdadero-falso), que no se ve afectado por las alegrías y las penas de este mundo, se hace merecedor de la vida eterna.»

Aquel que está resuelto a acabar con todas las preocupaciones materiales, ya no se preocupa por este mundo material donde reina la dualidad. Está perfectamente realizado en la conciencia de Krishna, la conciencia de Dios, y no tiene ninguna preocupación por el bien o el mal, la felicidad o la infelicidad.

En el universo material, las ideas de «bien» y «mal» son sólo creaciones de la mente. Por lo tanto, es un error decir que esto es bueno o esto es malo. Es importante entender que en este mundo de dualidad, la creencia de que algo es bueno o malo es sólo una cuestión de imaginación. Sin embargo, no se trata de imitar a aquel cuya conciencia está más allá de toda dualidad; hay que estar realmente en un plano espiritual para adquirir esta neutralidad.

Dado que Dios es absoluto, para Él no existe el mal, sólo el bien. De lo contrario, no podría llamarse Absoluto. Lo que consideramos malo es bueno a sus ojos, porque el Señor creó todo con un espíritu de bondad, siendo el bien la esencia de todo lo que es. Siendo Dios infinitamente bueno, el mal opera bajo su dirección. Dios gobierna tanto el bien como el mal; de ahí su título de Maestro Absoluto. Nada puede limitarlo, porque es infinito. Él está más allá de toda dualidad y es tan infalible como infinito. Aquel que, libre de toda atadura, no se regocija en la felicidad ni se aflige en la infelicidad, está firmemente establecido en el conocimiento absoluto, la conciencia de Dios.

Siempre hay alguna agitación en el universo material, a veces favorable, a veces desfavorable. No ser movido por estos cambios, no ser afectado ni por el bien ni por el mal, es la señal de que uno es consciente de Krishna, Dios. Mientras uno esté en el universo material, tiene que lidiar con el bien y el mal, con las innumerables dualidades de las que es sede. Pero quien está absorto en la conciencia de Dios piensa sólo en Krishna, el Bien absoluto e infinito, y no está sujeto a estas dualidades. El ser vivo consciente de Krishna, Dios, la Persona Suprema, disfruta de una condición puramente espiritual, que en términos técnicos se llama «éxtasis espiritual». Tanto el

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