que incluye no sólo a los seres móviles sino también a los inmóviles, las montañas, las colinas, la tierra. La comunidad de hombres formada por comerciantes, agricultores y empresarios, a través de la producción de grano, la protección de las vacas, el transporte de mercancías cuando es necesario y la actividad financiera, es especialmente responsable del progreso económico de la sociedad.
Krishna, Dios, la Persona Suprema nos enseña que incluso los gatos y los perros, aunque no tienen gran importancia, no deben ser descuidados, sin embargo la protección de la vaca ocupa el primer lugar. Del mismo modo, los hombres más degradados, llamados «intocables» en la India, no deben ser «olvidados» por los grupos superiores de la sociedad. Cada ser es importante, pero algunos son los principales responsables del progreso de la sociedad humana, otros de forma más indirecta. Cuando la conciencia de Krishna, o la conciencia de Dios, reina, cada uno encuentra lo que será el mayor beneficio para él.
Todos estos elementos están interrelacionados y son interdependientes. Pero, en definitiva, el Señor es el summum bonum y, por tanto, el principio vital de todo.
Sea cual sea el cuerpo en el que resida, el alma es la misma.
Como espíritus puros, todas las almas espirituales son iguales e idénticas, ya sea que residan en el cuerpo de un ser celestial, un ser humano, un animal o un vegetal.
Por eso está escrito: «Los que están verdaderamente iluminados no ven la apariencia exterior del ser vivo, (el cuerpo material) ya sea un ser celestial, un habitante de los planetas celestes, un ser humano, un animal o un vegetal».
Los que están iluminados por el conocimiento divino puro ya no ven la forma material blanca, negra, amarilla, roja, mestiza o animal o vegetal, sino sólo la entidad espiritual que hay en su interior. A partir de entonces, sienten el mismo amor por todos los seres humanos sin excepción. Van aún más lejos, pues en todos los cuerpos animales y vegetales ven también sólo el alma espiritual que hay en ellos, y no diferencian entre un hombre, una mujer, un perro, un gato, un elefante o una hormiga, los aman a todos con igual amor. A través de la envoltura material, sólo ven la entidad espiritual encarnada que reside en ella.
Esto es el verdadero amor. Por eso Dios manda no comer carne, pescado y huevos.
¿Cuál es el verdadero significado de la libre elección y el libre albedrío que Dios nos concede?
Sólo el amor puro, natural y espontáneo, puede satisfacer a Dios, un amor inmaculado, sin ningún rastro de deseo personal. Esta es la razón principal por la que