Quien quiera progresar en la vida espiritual debe controlar su mente y sus sentidos.

Incluso quien ha renunciado al mundo y ha adoptado la orden de renuncia a la vida material no tiene que dejar de cantar los santos nombres del Señor «Haré Krishna». La renuncia no implica que uno tenga que rechazar el canto de los santos nombres del Señor. En la misma línea, no se debe renunciar a la caridad o a la penitencia. Deben observarse estrictamente las prácticas de yoga dirigidas al control de la mente y los sentidos.

Por su propia naturaleza, la mente es muy inestable, y nadie debe hacerse amigo de ella. Si uno pone toda su confianza en ella, puede ser engañado en cualquier momento. El primer deber de quien desea progresar en la vida espiritual es dominar la mente y los sentidos. Aunque los seres individuales distintos de Dios, las almas espirituales, son parte integrante del Señor Supremo y, por tanto, son puramente espirituales, no por ello sufren menos en este mundo, luchando con las vicisitudes de la existencia, a causa de la mente y los sentidos. Para escapar de esta lucha ilusoria por la existencia y la felicidad en este mundo, hay que dominar la mente y los sentidos, y desprenderse de las condiciones materiales. En ningún momento se debe descuidar la práctica de la austeridad y la penitencia; siempre hay que aplicarse a ella. Si el espiritista deja que su mente se desboque y no la controla, se inclinará ante enemigos como la concupiscencia, la ira y la codicia, que seguramente lo destruirán.

La mente incontrolada, con su concupiscencia, su ira, su codicia, su locura, su envidia y su engaño, puede sin duda destruir al espiritualista. El espiritualista, una vez dominado por su mente, vuelve a caer en el nivel material. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con la mente. La mente es la fuente de la concupiscencia, la ira, el orgullo, la codicia, la pena, el engaño y el miedo; todas estas tendencias se combinan para esclavizar al ser a la acción egoísta. La mente es la causa original de la esclavitud a la materia, y muchos de nuestros enemigos la acompañan, como la ira, el orgullo, la codicia, la aflicción, el engaño y el miedo. La mejor manera de permanecer siempre en control de la mente es absorberla en la conciencia de Krishna. Y como las tendencias malignas que escoltan a la mente nos encadenan a la materia, debemos tener mucho cuidado de no poner nuestra confianza en ella, pues es a la vez nuestro mejor amigo y nuestro peor enemigo.

Todos los seres vivos, humanos, animales y vegetales, interactúan entre sí, y con los demás.

Cada miembro de cada comunidad, en la sociedad humana, así como en el reino animal y vegetal, cada ser humano, vaca, perro, cabra, insecto, hierba, arbusto, árbol, etc., tiene un papel que desempeñar y actúa en beneficio de todos los demás. Cada uno tiene que trabajar en armonía con los demás, en beneficio de toda la sociedad,