La Ciencia Espiritual Pura
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La función principal del falso ego es mantener el ateísmo. Cuando un ser olvida su posición natural como alma espiritual, una chispa divina eternamente subordinada al Señor Supremo, y busca la felicidad independientemente de Él, desarrolla aproximadamente dos actitudes: primero, se entrega durante mucho tiempo a la acción interesada para obtener alguna ventaja personal o para satisfacer sus sentidos, y luego, después de agotarse y frustrarse en este tipo de búsqueda, toma el camino de la especulación filosófica, y llega a creerse igual a Dios. Esta sensación errónea de ser Uno con Dios es la última trampa de la energía ilusoria, que mantiene al ser atrapado en las cadenas del olvido, y lo coloca totalmente bajo el hechizo del falso ego.

La mejor manera de liberarse de las garras del falso ego es abandonar los hábitos especulativos con respecto a la Verdad Absoluta, Dios. Hay que saber sin lugar a dudas que la Verdad Absoluta no puede realizarse a través de las conjeturas filosóficas de un ser egoísta y propenso a las imperfecciones. La Verdad Absoluta, o Dios, la Persona Suprema, es realizada por el ser que escucha con sumisión y amor las palabras de una autoridad en la materia, el auténtico maestro espiritual servidor de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Sólo con este esfuerzo puede superar la energía ilusoria del Señor, que para cualquier otro seguirá siendo insuperable.

El Señor dice: «La energía constituida por las tres gunas (los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión y la ignorancia), esta energía divina, la Mía, no puede ser superada sin daño. Pero quien se rinde a Mí cruza fácilmente sus límites».

El falso ego, o identificación con la materia, está gobernado por el ser celestial llamado Rudra, que es una manifestación de Siva. Rudra es la emanación del Señor Supremo que controla la ignorancia en el universo material. Las actividades del falso ego se basan todas en el cuerpo y la mente. Así, la mayoría de los seres dominados por el falso ego están bajo la tutela de Siva. Cuando un hombre alcanza un grado más refinado de ignorancia, llega a pensar en sí mismo como el Señor Supremo. Esta creencia egoísta del alma condicionada es la última trampa de la energía ilusoria que gobierna todo el universo material.

Una ley estricta rige la lucha por la supervivencia.

Los que no tienen manos son la presa de los que tienen manos. Los que no tienen piernas son la presa de los que caminan. Así, el débil alimenta al fuerte, y la ley universal es que cada especie es el alimento de otra.

Existe, por efecto de la voluntad suprema, una ley rigurosa que rige la lucha por la supervivencia, y nadie, sea cual sea el plan que forme, puede escapar a ella, pues los seres que, contra la voluntad del Ser Supremo abundan en el universo material, están sometidos al poder soberano de la energía de la ilusión, encargada por el Señor de acosar a las almas condicionadas por medio de las tres formas de sufrimiento material. Uno de estos sufrimientos es que cada ser tiene que servir de alimento a

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