muchas formas de disfrute material, como por ejemplo a través del conocimiento secular y la ciencia, y el Señor satisface a aquellos que desean obtener felicidad de ellos. En resumen, cualquiera que sea la bendición que uno desee, debe adorar a Dios, la Persona Suprema.
El Señor satisface los deseos de quien se dirige a Él. Sin embargo, quien tiene un amor sincero por Krishna y al mismo tiempo codicia el placer material, se quedará perplejo. Pero Krishna, mostrando bondad hacia él, le dará la oportunidad de dedicarse a Su sublime servicio de amor, de modo que gradualmente olvide su alucinación.
La vibración del sonido material es totalmente diferente de la vibración espiritual.
Cuando el Señor Visnu o Krishna es glorificado, sonríe afectuosamente, y la lenta danza de sus cejas anima su suave mirada. Cuando el Señor habla, sus palabras pertenecen al mundo espiritual, no al material. Y como Él mismo trasciende la materia, también lo hacen Sus Palabras así como Sus Hechos; todo lo relacionado con Su Persona es pura trascendencia, pues Él es inmortal. En efecto, las palabras y los hechos del Señor son inmortales; no son de este mundo. La naturaleza del sonido material es completamente diferente a la del sonido espiritual. El sonido del mundo espiritual es eterno y como el néctar, mientras que el sonido relacionado con el mundo material es aburrido y está destinado a desaparecer. Por ejemplo, el sonido del Santo Nombre,
Haré Krishna, haré Krishna, Krishna Krishna, haré haré
Haré Rama, haré Rama, Rama Rama, haré haré
Despierta un entusiasmo interminable en quien la canta. Si uno repite alguna palabra monótona y material, pronto se cansará de ella, pero nadie se cansará nunca de cantar Haré Krishna, aunque sea veinticuatro horas al día; al contrario, se sentirá animado a continuar siempre. Cuando una persona santa exalta las glorias del Señor, el Señor está muy complacido y derrama sin reservas Sus bendiciones divinas sobre él, pues siempre muestra una gracia indecible a Su devoto. Dios, la Persona Suprema, está en el corazón de cada ser como Alma Suprema, también llamada Espíritu Santo. Por eso conoce el pasado, el presente y el futuro de cada ser, así como sus deseos, actividades y todo lo que le concierne. Se sienta en el corazón de todos los seres como testigo. Por lo tanto, el Señor Soberano conoce todos nuestros deseos, de modo que apenas los formulamos, el Señor Supremo ya ha hecho lo necesario para que nuestras aspiraciones se cumplan. Nunca decepciona a un santo sincero, sea cual sea su deseo, a menos que busque obtener algo que pueda perjudicar su servicio devocional.
El Señor concede todas las bendiciones a una persona santa, según el deseo de su corazón. Sólo por la gracia de Dios se puede cumplir el deseo de algo. Por lo tanto, si rezamos al Señor Supremo por cada paso que tengamos que dar en nuestra