existencia material, todo irá bien y se cumplirán los deseos de nuestro corazón. En otras palabras, debemos buscar refugio en el Señor Soberano en todas las circunstancias y depender enteramente de su voluntad. El hombre propone, Dios dispone. La satisfacción de nuestros deseos debe ser confiada a la Persona Divina; este es el mejor curso de acción. Si dependemos de la elección del Señor Supremo, siempre recibiremos bendiciones más allá de lo que habíamos deseado.
Si queremos santificar nuestros actos así como sus frutos, ofrécelo todo a Krishna, Dios, la Persona Suprema.
El Señor dice: «Todo lo que hagas, todo lo que comas y sacrifiques, que sea para ofrecérmelo. Soy el beneficiario de todos los sacrificios, todas las austeridades y todas las acciones realizadas para el bienestar de la humanidad».
Cualquier acción dirigida al bienestar de la familia, la comunidad, la nación o la humanidad entera, debe hacerse en plena conciencia de Krishna o conciencia de Dios. Esta es la instrucción del Señor.
Dios es la fuente de todas las bendiciones.
Quien aspire a los frutos de la religión, a la prosperidad, a la gratificación de los sentidos y, en última instancia, a la liberación de este mundo material, debe servir al Señor con devoción, porque adorar a Dios permite satisfacer todos estos deseos. Los seres celestiales sólo pueden conceder bendiciones con el consentimiento de Dios, la Persona Suprema. De hecho, los seres celestiales no pueden otorgar ninguna bendición sin el consentimiento del Señor Supremo. Por lo tanto, si tenemos deseos que están en el campo de la religión, la prosperidad, la gratificación de los sentidos o la liberación, debemos dirigirnos a Dios, la Persona Suprema, ofreciéndole oraciones y buscando la satisfacción de nuestros deseos en Su Persona Divina. Esta es la verdadera inteligencia. Un hombre inteligente nunca se acerca a los seres celestiales para nada; se dirige directamente a Dios, la Persona Suprema, que es la fuente de todas las bendiciones.
La verdadera religión no consiste en realizar ceremonias rituales, sino en entregarse al Señor. Para quien es verdaderamente sumiso al Señor, no puede haber ningún otro esfuerzo, aparte de este camino, para la prosperidad material. Un ser santo que sirve al Señor no conoce la decepción de la gratificación de los sentidos. Si tiene un deseo que satisfacer, Krishna, Dios, la Persona Suprema, lo cumple. En cuanto a la liberación, todo ser santo que se dedica plenamente al servicio del Señor ya está liberado. Por lo tanto, no hay necesidad de tomar ningún otro camino hacia la liberación. Buscar refugio en Krishna, Dios, la Persona Suprema, y servirle con amor y devoción nos ayudará a cumplir nuestros deseos. Verdaderamente, el servicio amoroso y devocional al Señor es el único camino. En otras palabras, aunque uno esté lleno de deseos materiales, puede seguir sirviendo al Señor con devoción, y todos nuestros deseos se verán satisfechos.