el efecto de un elemento y la causa de otro, pero el Señor mismo es la causa primaria, manifestada en la forma de Su emanación plenaria, Maha-Visnu, que yace sobre las aguas causales de la creación material. El Señor Krishna es la Causa de todas las causas.
Los diversos tipos de percepción sensorial están contenidos en su totalidad en el elemento tierra, y parcialmente en los otros elementos. El éter, por ejemplo, sólo tiene como atributo el sonido, mientras que el aire contiene sonido y tacto. El fuego también contiene sonido y tacto, pero también forma. El agua contiene sabor, además de sonido, tacto y forma. La Tierra, sin embargo, contiene todos estos atributos, además del olor. La Tierra, por tanto, contiene toda la variedad de la existencia, que se origina en el elemento básico del aire. Las enfermedades son causadas, la mayoría de las veces, por una perturbación de la circulación del aire en los cuerpos terrestres de los distintos seres. Los trastornos psíquicos, en particular, tienen su origen en una perturbación particular del aire en el cuerpo, y los ejercicios yóguicos tienen un efecto notablemente beneficioso en el equilibrio de estos aires sutiles, y pueden controlar la enfermedad casi por completo. Cuando estos ejercicios yóguicos se practican adecuadamente, tienen el efecto de aumentar la duración de la existencia y conferir el dominio sobre la propia muerte. Así, un espiritualista perfecto puede dominar su muerte y dejar su cuerpo en el momento adecuado, cuando pueda ascender al planeta que elija. Sin embargo, el servicio devocional a Dios es superior a cualquier otro espiritualista porque, por el poder de su servicio devocional, es promovido al mundo más allá de la galaxia material y transportado a uno de los planetas de ese mundo espiritual por la voluntad suprema del Señor que gobierna todas las cosas.
Hay que buscar el interés del alma, no el del cuerpo.
El que acumula bienes en este mundo material, como riquezas, tierras, casas, relaciones, amigos e hijos, nunca los posee más que por un corto tiempo. Nadie puede guardar para siempre todos estos tesoros ilusorios, creaciones de maya, la energía ilusoria del Señor, que son todos factores de extravío en el camino de la realización espiritual. Es mejor contentarse con menos, o incluso no poseer nada, y así quedar libre de todo orgullo mal entendido. A través de la influencia de las gunas, los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión y la ignorancia, el ser experimenta la contaminación dentro del universo material. Por lo tanto, cuanto más se progresa espiritualmente en el camino del servicio devocional ofrecido al Señor, más se libera uno del apego a la ilusión material. Sin embargo, para lograr este objetivo es necesario creer firmemente en la vida espiritual y en sus efectos permanentes.
Para darse cuenta realmente de la naturaleza permanente de la existencia espiritual, hay que aprender voluntariamente a satisfacerse con lo mínimo para poder satisfacer