La Ciencia Espiritual Pura
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es producto de la imaginación, ya que estas creaciones a veces son visibles y otras no. Por la noche, cuando soñamos con tigres y serpientes, estos animales no están realmente presentes, pero seguimos reaccionando a lo que vemos en nuestros sueños. Del mismo modo, todo lo material es como un sueño porque en realidad no tiene una existencia permanente. Del mismo modo, el mundo material es una creación de nuestra imaginación. Hemos venido a este mundo para disfrutar de los recursos que nos ofrece, y como nuestra mente está ocupada con las cosas materiales, nuestra imaginación nos hace descubrir muchos objetos de disfrute. Esta es la razón por la que recibimos varios cuerpos. Según las ideas sugeridas por nuestra mente, obramos de diversas maneras, animados por diversos deseos, y los beneficios que deseamos nos los concede la naturaleza material a instancias de Dios, la Persona Suprema. Así nos encadenamos cada vez más a las concepciones materiales e ilusorias. Esta es la razón de nuestros sufrimientos aquí en la tierra. Una actividad engendra otra, y todas ellas son el resultado de las ideas de nuestra mente.

El ser individual con una concepción corporal de la vida es absorbido por este cuerpo que es una combinación de los elementos físicos, los cinco órganos de percepción, los cinco órganos de acción y la mente. Soporta en su mente tres tipos de pruebas o sufrimientos: los que se originan en el propio cuerpo y en la mente, los causados por otros seres vivos, y los que se originan en los propios seres celestiales y en la naturaleza material en forma de frío y calor extremos, incluso rayos, terremotos, huracanes, sequías, lluvias torrenciales, sismos, etc. Así, el cuerpo es la fuente de todo tipo de miseria. Aunque tiene una duración limitada, el cuerpo es la causa de todas las miserias de la existencia material.

El propio ser encarnado crea, con sus pensamientos, la condición material en la que se encuentra. Como la materia es destructible, naturalmente debe sufrir. De lo contrario, el ser vivo se desprende de todas las condiciones materiales. Quien alcanza el nivel espiritual y comprende plenamente que es un alma espiritual, deja de quejarse o anhelar todo tipo de cosas.

El Señor dice: «Aquel que se establece así en la trascendencia, al mismo tiempo realiza al Ser Supremo y se vuelve plenamente alegre. Nunca se lamenta ni desea tener nada».

El Señor añade: «Los seres del mundo de las condiciones son fragmentos eternos de Mi Persona. Pero como están condicionados, luchan duramente contra los seis sentidos, y entre ellos, la mente».

En realidad, el ser espiritual fragmento infinitesimal y parte integral de Dios, la Persona Suprema, no se ve afectado por las condiciones materiales. Pero como la mente está afectada, los sentidos también lo están, y así el ser está luchando por la vida en esta galaxia material. Tenemos que considerar cuidadosamente la posición del alma. En otras palabras, tratemos de averiguar quiénes somos realmente, ¿el cuerpo, la mente o el alma?

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