La Ciencia Espiritual Pura
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vida. Debido a que el alma condicionada a veces desea olvidar a Dios, el Señor proporciona los medios para que lo haga, casi perpetuamente, por Su gracia. Así, Dios gobierna eternamente las almas encarnadas condicionadas. Es porque el Señor Supremo es la causa original de todo lo que es, que todo parece real. Es la realidad última, Dios, la Persona Suprema.

El Señor Supremo está en el corazón de todos los seres y dirige las andanzas de todos ellos, estando cada uno como en una máquina, un cuerpo, constituido por energía material.

La energía externa, la energía ilusoria, maya, actúa bajo la autoridad de Dios y condiciona a las almas encarnadas.

El condicionamiento actual del ser espiritual encarnado se debe únicamente a la influencia de la energía ilusoria externa; es decir, ejerce esta influencia por sí misma. El Señor Supremo no está de ninguna manera involucrado en este acto indeseable. Él no desea ver a los seres individuales distintos de Su Persona siendo así jugados y engañados por Su energía externa, que es afín a satanás. Él mismo es muy consciente de este hecho, pero sin embargo acepta la ingrata tarea de mantener a las almas olvidadas en la desorientación, que es el hogar del miedo, mediante su influencia. Y el Señor no frena su energía ilusoria en la realización de esta tarea, pues es necesaria para la reforma de las almas encarnadas condicionadas por la materia.

A un padre cariñoso no le gusta que sus hijos sean castigados por otros; sin embargo, cuando se muestran insubordinados, no duda en ponerlos bajo el cuidado de un tutor severo, con el único propósito de hacerlos volver a la línea. Pero el Padre Todopoderoso, en su infinito amor, desea al mismo tiempo la liberación de las almas condicionadas, su liberación de las garras de la energía ilusoria. El rey mete a sus ciudadanos rebeldes entre rejas, pero a veces, prefiriendo que estén libres, va a la cárcel en persona y les implora que se arrepientan, para que puedan ser liberados.

Del mismo modo, el Señor Supremo desciende de Su reino al reino de la energía ilusoria y ofrece personalmente a las almas condicionadas el remedio para todos sus males dándoles el Bhagavad-gita, (Palabras de Krishna, Cristo, Dios, la Persona Suprema) en el que enseña que la influencia de la energía ilusoria es muy difícil de superar, pero quien se rinde a Él es, por Su suprema voluntad, inmediatamente liberado.

La entrega al Señor es el camino más seguro para liberarnos de las alienaciones de la energía ilusoria. Y para que sea completo, debe ser practicado en compañía de seres santos, pues el Señor enseña que es a través de la influencia de las palabras puras de aquellos que han realizado plenamente el Absoluto, Su divina Persona, que los hombres son conducidos a adoptar Su sublime servicio amoroso. A través del contacto con tales almas, el ser condicionado desarrolla un gusto por escuchar lo que se relaciona con el Señor, una escucha que es suficiente para engendrar respeto, devoción y luego apego al Señor. Y todo ello culmina con la entrega de uno mismo a

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