La Ciencia Espiritual Pura
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instrucciones de Dios, la Persona Suprema; estas instrucciones constituyen la religión y el deber estatal de todos.

El Señor Krishna dice: «Deja todas las demás formas de ocupación, simplemente entrégate a Mí y sígueme».

Nuestro verdadero deber es ejecutar la orden suprema de Dios. Si estamos firmemente decididos a hacer su voluntad absoluta de esta manera, siempre estaremos a salvo, seguros, sea cual sea nuestra situación, en el cielo o en el infierno. La posición original y eterna de todo ser vivo es ser el eterno servidor de Dios.

Brahma nos aconseja: «Permanece en tu posición de eterno servidor del Señor. Si cumples sus mandatos, nunca caerás ni siquiera en medio de los placeres materiales».

Los placeres materiales obtenidos a través de la acción interesada difieren de los otorgados por el Señor Soberano. Un ser santo puede parecer que disfruta de una gran opulencia, pero si acepta esta posición, es sólo para cumplir con las órdenes de Dios, la Persona Suprema. En consecuencia, un ser santo nunca se ve afectado por ninguna influencia material. Cuando llegue el momento, volverá al refugio del Señor Supremo, y así permanecerá en su compañía para siempre.

El Señor dice: «Sabed que soy el Ser Supremo, el Alma Suprema que todo lo penetra, a través de la cual el ser dormido puede ser consciente de sus sueños así como de la felicidad que experimenta más allá de la actividad de los sentidos materiales. En otras palabras, yo soy el creador de las actividades del ser durante el sueño».

Cuando el ser encarnado se libera del falso ego, de la identificación con el cuerpo, percibe su posición superior como alma espiritual, un fragmento del poder dichoso del Señor Supremo. Así, gracias al Señor Supremo, puede encontrar placer incluso en el sueño.

Ahora, el Señor declara: «Yo soy el Ser Espiritual Impersonal Supremo, así como el Alma Suprema y la Persona Suprema en su forma original absoluta».

Krishna, Dios, la Persona Suprema lo controla todo.

El Señor dice: «Yo controlo el calor, la lluvia y la sequía. Soy la inmortalidad y la muerte personificada. El ser y el no ser, ambos están en Mí.

Aquellos que Me adoran con devoción, meditando en Mi forma absoluta, Yo lleno sus carencias y conservo lo que poseen».

Cuanto más se aleja el hombre de Dios, más rechaza sus preceptos, leyes y mandamientos, y más se nubla y confunde su mente, y más se deja llevar por el odio y la violencia. No sabe que en realidad es Dios quien sostiene este mundo, quien lo dirige, y que él nunca puede hacer nada al respecto.

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