El propio Krishna nos revela el arte de comprenderlo y conocerlo: «Ahora escucha. Esta es la forma en que, plenamente consciente de Mí en la práctica del yoga, (del vínculo que une a Dios y de la elevación espiritual) tu mente vinculada a Mí, me conocerás completamente, sin la menor duda».
Si llegamos a conocer y comprender perfectamente a Krishna, renaceremos en el mundo espiritual. Como estamos cambiando constantemente de cuerpo en una transmigración ininterrumpida, acumulamos diversas experiencias. Sin embargo, si permanecemos firmemente establecidos en la conciencia de Krishna, no volveremos a cambiar. Toda fluctuación cesa cuando comprendemos nuestra verdadera identidad: «Soy el siervo de Krishna; mi deber es servirle».
La perfección consiste en obedecer a Krishna, Dios, la Persona Suprema, y hacer Su voluntad.
Las leyes de la naturaleza dictan que todo se evalúa en el momento de la muerte. Después de la muerte, nos encontramos completamente en las garras de la Naturaleza. No podemos entonces dictar nuestra voluntad. Como no pueden o no quieren entender esto, la gente concluye que no hay vida después de la muerte. Las formas (cuerpos) cambian, pero no la fuerza vital, el alma. Las formas cambian, pero la persona (el alma) que las habita es permanente, porque es eterna. Al identificarse con su cuerpo, cree que está cambiando. La forma humana está especialmente destinada al florecimiento de la Conciencia de Krishna, ya que esta conciencia divina nos permitirá recuperar nuestro cuerpo eterno de dicha y conocimiento. El propósito de la Conciencia de Krishna o Conciencia de Dios es darnos un cuerpo de la misma naturaleza que el de Krishna, Dios, la Persona Suprema misma. Conocer la relación íntima con el Señor es el objetivo supremo de la vida humana. La conciencia de Krishna es el arte de espiritualizar la actividad material, de aumentar el grado de realización espiritual del hacedor, de conocer la universalidad de Dios y la relación con Él.
Nuestro próximo cuerpo depende de la influencia de los modos de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión, la ignorancia, que predominarán en nosotros en el momento de la muerte. Los que mueren influenciados por la ignorancia tendrán cuerpos de animales o incluso de especies inferiores. Los que mueran bajo la influencia de la pasión obtendrán una forma humana en un planeta similar a la Tierra. Y los que mueran bajo la égida de la virtud serán promovidos a los sistemas planetarios superiores y paradisíacos y adquirirán el cuerpo de un ser celestial (un ser más evolucionado que el hombre). Pero todos estos cuerpos son materiales y, por tanto, temporales. Sólo aquellos que tienen la suerte de morir pensando en Dios pueden obtener un cuerpo eterno como el de Krishna. Se unirá al Señor Supremo en su morada eterna.
El Señor dice: «Además del alma, hay otro ocupante en el cuerpo que, Él, es el dueño supremo del mismo. Él sanciona y supervisa todas las actividades del cuerpo pero