Para eliminar todos los pecados acumulados durante todas nuestras vidas anteriores, para purificar el corazón contaminado, para ser liberados de la prisión en la materia (el cuerpo material) en este mundo, para obtener conocimiento espiritual, para progresar y dar a luz a todas las formas de servicio devocional, despertar el amor por Krishna, Dios, la Persona Suprema, saborear la felicidad espiritual, obtener la compañía de Dios y dedicarse a su servicio de amor devocional como si nos sumergiéramos en las aguas de un gran océano de amor y alcanzar, en cualquier situación, sin falta la perfección suprema, poner a Dios en nuestra mente y recordarlo siempre. Entonces veremos desaparecer nuestro sufrimiento.

Basta recitar o cantar el Haré Krishna para que la corrupción de la era actual desaparezca en nosotros, permitiéndonos así encontrar nuestro cuerpo espiritual original y regresar a Dios, en nuestro verdadero hogar.

Quien invoca o pronuncia cantando el Santo Nombre del Señor, Krishna, atrae su atención: el Señor Krishna está presente allí. Le encanta que se pronuncie su Santo Nombre, Krishna.

La riqueza y la pobreza son el resultado de nuestras acciones en nuestra vida anterior.

Es debido a sus propias faltas o actos culpables cometidos en su vida pasada, que una persona nace en una familia pobre y sin un centavo, como los parias. Es también debido a sus actos culpables realizados en su existencia anterior, que una persona encontrará muchas dificultades, dolores, diversos sufrimientos, impedimentos físicos o será sordo, discapacitado visual o mudo. También es por sus actos virtuosos que una persona renacerá dentro de una familia rica, o cuyo padre sea un devoto de Dios.

En este universo material, tanto los más ricos como los más pobres soportan el yugo de la materia, porque tanto la riqueza como la pobreza son creaciones de las gunas (los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material: virtud, pasión e ignorancia). Según las gunas que nos influyan, la naturaleza material nos permite disfrutar de este mundo en condiciones más o menos favorables.

Nadie puede acceder a la vida civilizada a menos que adopte conciencia de Krishna, o conciencia de Dios, porque según las leyes de la naturaleza a cada uno se le otorga una situación particular de acuerdo a su karma y su relación con las modalidades de vida e influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión y la ignorancia. Si los hombres desean vivir en armonía y paz, deben optar por la conciencia de Krishna, porque mientras permanezcan absortos en una concepción corporal de la existencia, no podrán elevarse al más alto nivel de existencia.

El Señor Supremo dijo: «Mis devotos no son personas de gran opulencia; ellos también son pobres en las riquezas de este mundo. La gente rica no tiene interés en el servicio devocional, la conciencia de Krishna. Por el contrario, un pobre, por necesidad o por el juego de las circunstancias, puede estar interesado en Mí. Pero los hombres