ignorancia cada vez más profunda hasta hundirse en las especies animales inferiores donde no tienen ningún acceso al conocimiento de la Verdad Absoluta, del Señor Supremo. Pero a través de la gracia de las almas liberadas, los servidores del Señor, que aparecen en diferentes parajes debido a la voluntad suprema, estos asuras vienen de allí gradualmente a corregirse y recuperar su consciencia de Dios. Los bhaktas puros están muy cerca del Señor y cuando vienen a salvar a la humanidad de los peligros del ateísmo, toman el nombre de hijos, servidores o compañeros del Señor y, a veces, incluso de poderosos avatares. Pero jamás ninguno de ellos pretende ser Dios. Esa es una blasfemia de la que solo son capaces los asuras, pero sus seguidores demoníacos no los aceptan menos como avatares o como el Mismo Dios. Además, los textos sagrados dan información muy precisa relacionada con las manifestaciones de Dios y nadie debería ser aceptado como Dios o como una de Sus manifestaciones a no ser que responda a las descripciones que ofrecen estos textos.
El bhakta que desea sinceramente volver a Dios muestra tanto respeto hacia Sus servidores como hacia el Propio Señor. A estos servidores se los denomina tirthas o gran alma y predican en función de las circunstancias especiales de tiempo y lugar donde aparecen. Imploran a las personas que se hagan devotas del Señor y nunca toleran que a ellos mismos se les llame Dios. Según las indicaciones dadas en las Escrituras, Sri Caitanya Mahaprabhu era Dios en persona pero hacía el papel de un bhakta y cuando aquellos que sabían que era Dios se dirigían a Él como tal, Se llevaba las manos a los oídos y cantaba el Nombre de Visnu. Rechazaba totalmente que se le llamara Dios aunque era el mismo Dios en Persona. ¿Por qué actúa así el Señor?
Para ponernos en guardia justamente contra los hombres sin escrúpulos que se complacen en hacerse llamar Dios. Los servidores de Dios están para extender la consciencia de Dios. Por eso, deberían recibir el apoyo de los hombres inteligentes sin reserva. Al ponerse al servicio de un servidor de Dios, en realidad se puede satisfacer todavía más al Señor que sirviéndole a Él directamente. Y si el Señor se complace tanto en ver cómo se respeta debidamente a sus servidores es porque estos lo arriesgan todo por servirlo y para Él son, pues, infinitamente queridos. Él mismo declara además en la Bhagavad-gita que nadie Le resulta más querido que el que lo arriesga todo para difundir sus glorias. Al servir a los servidores del Señor, se adquieren poco a poco las cualidades del bhakta puro y, de esta manera, alcanza las cualidades necesarias para escuchar las glorias del Señor. Pero el ardiente deseo de escuchar lo que está relacionado con Dios representa la primera cualidad requerida por el bhakta para entrar en Su Reino.
Liberarse de la envoltura material.
El descubrimiento espiritual se distingue de la ilusión material por la toma de consciencia de las formas temporales e ilusorias. El cuerpo material y el cuerpo etéreo que la energía material nos impone no representan más que envolturas superficiales del yo verdadero. Estas envolturas solo proceden de la ignorancia.