Quien se entrega a Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, y le sirve con amor y devoción, se beneficia de Su protección divina.
El Señor envía a Sus mensajeros, a quienes incluso los seres celestiales adoran. Poseen una apariencia física maravillosa, comparable a la de Krishna o Visnu, y rara vez se los ve. Los mensajeros de Dios protegen a los devotos del Señor de sus enemigos y seres envidiosos, de los desastres naturales e incluso de Yamaraja, el amo y señor de la muerte y juez de los culpables, designado para este cargo por Krishna, la Suprema Personalidad de Dios.
Los verdaderos principios de la religión son definidos por Krishna, la Suprema Person alidad de Dios, pues ni los grandes sabios que habitan los planetas más elevados de la galaxia y perfectamente establecidos en la virtud, ni los seres celestiales, ni los gobernantes de los diversos planetas, y mucho menos los incrédulos demoníacos y los hombres comunes, pueden hacerlo.
El Señor cita el verdadero principio de la religión con estas palabras: Abandona cualquier otra forma de religión y simplemente entrégate a mí. Te liberaré de todas las consecuencias de tus pecados; no temas.
Este principio trascendental de entregarse al Señor Supremo y amarlo no está contaminado por los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material: virtud, pasión e ignorancia. Es el tema de un conocimiento muy íntimo y secreto, y a la gente común le resulta muy difícil comprenderlo. Sin embargo, si alguien tiene la fortuna de asimilarlo, se libera inmediatamente y regresa a Dios, a su morada original.
Este principio religioso, del cual Krishna es la fuente, es el más secreto de todos los principios religiosos.
En esta era de Kali en la que vivimos, la era de hierro, la era negra o la era oscura, la era de la discordia, la hipocresía, las disputas, la indiferencia, la decadencia y el pecado, nadie es capaz de realizar todos los ritos prescritos para alcanzar la liberación; esta tarea resulta extremadamente ardua. En consecuencia, el Señor mismo nos ordena tararear el canto de Sus Santos Nombres, «Hare Krishna», durante esta era, para liberarnos fácilmente de todas las consecuencias de nuestros pecados. Este es el único camino recomendado para liberarse de las consecuencias del pecado. Incluso si alguien canta el Santo Nombre del Señor sin pronunciarlo correctamente, escapará de las ataduras de la materia si no comete ofensas.
La religión suprema para el hombre es aquella que le permite despertar su amor latente por Krishna, Dios, la Persona Suprema.


