En compañía de devotos puros, las conversaciones acerca de los pasatiempos y actividades de la Suprema Personalidad de Dios son muy agradables y satisfactorias para el oído y el corazón. Quien cultiva este conocimiento avanza con pasos seguros en el camino de la liberación; Desde allí, se libera de todas las limitaciones materiales y su atracción hacia el Señor se vuelve inalterable. Entonces nace la verdadera devoción y comienza el servicio devocional.

El ser que trabaja conscientemente de esta manera para servir al Señor con devoción en contacto con los devotos, logra desdeñar el placer material, en este mundo como en el próximo, a través del recuerdo constante de las Actividades del Señor. Esta práctica, la Conciencia de Krishna, representa el camino más fácil para la adquisición del poder sobrenatural; Tan pronto como uno se establece verdaderamente en el sendero del servicio devocional, se encuentra en posición de controlar la mente.

Así, aquel que, en lugar de obedecer a los gunas (los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material: virtud, pasión e ignorancia), cultiva la conciencia de Krishna, el conocimiento de renuncia y practica el yoga mediante el cual la mente se fija constantemente en el servicio devocional, logra vivir en Mi asociación en esta misma vida, pues Yo soy la Personalidad Suprema, la Verdad Absoluta.

Los sentidos representan a los seres celestiales, y su inclinación natural es actuar de acuerdo con las direcciones de los Vedas. Del mismo modo, la mente representa al Señor Soberano, y su deber natural es servir. Ahora bien, cuando esta inclinación se emplea en el servicio devocional ofrecido a la Persona Soberana, sin ningún motivo ulterior, entonces se vuelve mucho más preciosa que la salvación.

El servicio devocional por sí solo disuelve el cuerpo sutil del ser individual, así como el fuego en el estómago digiere todo lo que comemos.

El devoto puro, apegado a las actividades del servicio devocional y constantemente absorto en el servicio de Mis pies de loto, no desea en ningún momento fusionarse con Mí. Un devoto así, inquebrantable, glorifica constantemente Mis actos y Mis pasatiempos.

Oh Madre, Mis devotos contemplan constantemente Mi rostro sonriente y Mis ojos como el sol naciente; A ellos les encanta admirar Mis múltiples Formas espirituales y absolutas, infinitamente benévolas, y conversar agradablemente Conmigo.

Al ver las formas encantadoras, sonrientes y atractivas del Señor y escuchar Sus palabras más dulces, el devoto puro prácticamente pierde todas las demás formas de conciencia. Sus sentidos se liberan de toda otra ocupación y él se absorbe en el servicio devocional. Así pues, incluso si no lo desea, alcanza la liberación, sin ningún esfuerzo adicional.