Tampoco se le debe dar a personas que son excesivamente codiciosas y apegadas a la vida familiar, ni a los abhaktas (materialistas incrédulos, incrédulos demoníacos y cualquiera que ignore o rechace los principios del servicio devocional) o a aquellos que envidian al Señor Supremo y Sus devotos.

Más bien, uno debe instruir al devoto lleno de fe, que es respetuoso con su maestro espiritual, libre de envidia, amigable con todos los seres y ardientemente deseoso de prestar servicio con fe y sinceridad.

Este mensaje debe ser transmitido por el maestro espiritual a aquellos para quienes la Suprema Personalidad de Dios es más que cualquier otra cosa, aquellos que no envidian a nadie, que están perfectamente purificados y que se han desapegado de todo lo ajeno a la conciencia de Krishna.

Quien, aunque sólo sea una vez, medita en Mí con confianza y afecto, quien escucha y canta Mis glorias, está seguro de volver a Dios, a su hogar original.

Querida madre, el camino hacia la realización espiritual que te he explicado no presenta ninguna dificultad. Puedes tomarlo prestado fácilmente y así alcanzar la liberación muy rápidamente, incluso en esta vida.

Oh Madre, los verdaderos espiritualistas no dejéis de observar Mis instrucciones, tal como os las he transmitido. Podéis estar seguros de que si sigáis rigurosamente este camino de realización espiritual, os liberaréis de la terrible contaminación de la materia y finalmente os uniréis a Mí. En cuanto a aquellos seres que ignoran este camino, el del servicio devocional, debes saber, oh Mi querida madre, que les es imposible escapar del ciclo de muerte y renacimiento.

Después de instruir a Su amada madre, y a nosotros a través de ella, el Señor Supremo, Sri Kapila, se despidió de ella y abandonó Su hogar, habiendo completado Su misión.