Consejos de sabiduría.

La cultura del miedo, combatir el mal con el mal, la violencia con la violencia, es como echar aceite al fuego para apagarlo. Está avivando el odio, aumentando el racismo, el resentimiento y creando divisiones.

Los que lo hacen sufrirán mucho en la otra vida. Mira a los que sufren repetidamente y no saben por qué es así.

Para alcanzar la salvación, es necesario superar la concupiscencia, la ira, la codicia, los deseos pecaminosos, la envidia malsana, la avaricia y el materialismo.

Para liberarse de la ira hay que aprender a perdonar.

Los deseos culpables, la codicia, la pasión por los sentidos y las posesiones materiales pueden aniquilarse mediante la tolerancia.

La ignorancia puede superarse mediante el desarrollo espiritual, y las aspiraciones ilusorias pueden liberarse mediante el autocontrol.

El conocimiento perfecto se obtiene a través de la búsqueda del verdadero Ser, la verdadera identidad espiritual de cada uno. El amor, la bondad, la compasión, la benevolencia y la misericordia hacen desaparecer el mal. Sólo Dios es la clave principal de la verdadera felicidad o dicha perfecta, permanente y eterna.

La mentira resultante de la ignorancia de la verdad existencial, está en el origen del error del hombre.

Dios dice: El que comete fraude no habitará en mi casa, y el que dice mentiras no permanecerá en mi presencia.

La primera mentira, la que impide conocer al Supremo Eterno como realmente es, es haber hecho creer que Dios es un Ser Supremo Impersonal, es decir, sólo espiritual sin forma, y descubrir la verdad absoluta.

La segunda y más terrible mentira, la que sume al ser espiritual encarnado en la ignorancia, el vagabundeo perpetuo y el ateísmo, es haber hecho creer a los hombres que la reencarnación no existe, que sólo somos el cuerpo de la materia y no una entidad espiritual, y que cuando ocurre la muerte, ésta pone fin definitivo a nuestra existencia material y nos sume inmediatamente en la nada, el olvido de todo, la inacción total.