La ciencia de Dios, o ciencia de la salvación
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Si el alma individual distinta de Dios, que cada uno de nosotros es realmente, se muestra digna de su condición humana, podrá continuar su evolución. De lo contrario, tendrá que entrar de nuevo en el ciclo evolutivo. La forma humana marca, por tanto, una etapa importante en la evolución del ser encarnado.

Para poner fin a este ciclo infernal, nosotros que tenemos la suerte de ocupar una forma humana, por la gracia de Dios, mostrémonos dignos, y volvamos a Krisna, Dios, la Persona Suprema. Abandonémonos a Él y servámosle con amor y devoción, y el Señor Supremo enviará a sus compañeros de su reino a buscarnos y conducirnos a Él para siempre.

El Señor dijo: «Solo a través del servicio devocional, y solo así, se puede conocerme tal como soy. Y el ser que, por tal devoción llega a ser plenamente consciente de Mi Persona, puede entonces entrar en Mi reino absoluto, y del mismo modo, en verdad, verme. Así, y solo así, se podrá desentrañar el misterio de Mi Persona».

Dios, la Persona Suprema, se manifiesta en innumerables formas, que, aunque diversas y múltiples, son todas Uno y el mismo Ser, el Eterno Supremo.

El Señor Supremo no tiene Nombre. Sin embargo, los grandes sabios Le han dado Nombres divinos de acuerdo con Sus sublimes atributos, Sus maravillosas cualidades, Sus perfectas excelencias y Sus glorias infinitas y absolutas. Por eso, de Sus innumerables Nombres, como Yahvé, Jehová, Adonai, Alá o Krishna, por citar sólo algunos, Krishna es el primero de todos y el más importante, pues Dios lo ha investido de poder.

El Señor dice: Aquel que conoce la absolutez de mi advenimiento y de mis obras, no tendrá que renacer en el universo material. Abandonando su cuerpo, entra en mi reino eterno.

Krishna, Dios, la Persona Suprema, en Su forma personal, primordial, original, infinita, absoluta, Única y sin segundo, es la fuente de todas las emanaciones plenarias de Su persona, también llamadas Avatares. La Única Persona Suprema intercambia eternamente sentimientos de amor con Sus devotos puros en innumerables formas espirituales.

El Señor desciende a este mundo a intervalos regulares para proteger a Sus devotos, aniquilar a los malhechores demoníacos ateos y restaurar los principios de la espiritualidad. Quien percibe el carácter absoluto del advenimiento del Señor se libera inmediatamente de las cadenas del karma, la ley de causa y efecto, que lo mantenía prisionero en la materia, y regresa al reino de Dios, inmediatamente después de abandonar su cuerpo.

El ser santo alcanza el mundo espiritual tan pronto como abandona su cuerpo, simplemente porque ha comprendido la naturaleza espiritual y absoluta de la forma y las acciones del Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema. Nunca más volverá al mundo material donde reina el sufrimiento, nunca más se verá obligado a renacer en este mundo de materia densa.

Debemos, mediante la fe y el conocimiento, reavivar la conciencia de Krishna o la conciencia de Dios en nuestros corazones, y así alcanzar la perfección.

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